Domingo 17 de junio de 2012, p. 20
Los desaparecidos no son sólo nombres en una lista, o rostros en una fotografía. Son historias, son vidas de personas de carne y hueso que en algún momento fueron borradas
sin que se supiera nada más sobre ellas.
Por tal razón, el Comité Eureka y el colectivo HIJOS México impulsaron el surgimiento de la Casa de la Memoria Indómita, cuyo objetivo es reivindicar a las víctimas de este delito de lesa humanidad, y fomentar entre las personas el conocimiento sobre el tema, de una manera más dinámica y vívida, afirmaron los museógrafos Ignacio Paravano y Claudia de la Garza.
Quisimos mezclar arte con poesía y con historia, y no sólo hacer un museo tan clásico. La idea es que el lugar sea muy interactivo y sensorial
, explicaron ambos en entrevista, durante un recorrido hecho por La Jornada.
De Diaz Ordaz a Calderón
En la primera sala, se muestran algunas fotografías, videos y audios sobre el movimiento estudiantil de 1968, la masacre del 2 de octubre de ese año en Tlatelolco, y la del 10 de junio de 1971, conocida como Halconazo. Estos materiales, más que brindar un recuento de datos, buscan hacer sentir al visitante que está en la Plaza de las Tres Culturas, indicó Paravano.
Más adelante, se encuentra un pequeño espacio que ilustra el México rosa
que los medios de comunicación trataban de construir, en donde aparentemente nunca sucedía nada. Pero con sólo pasar una cortina, las personas entran de lleno en un cuarto de tortura, con una silla iluminada de forma lúgubre en el medio, y los testimonios grabados de quienes fueron víctimas de esta práctica.
A continuación, se recrea la sala de una casa donde los rostros de los desaparecidos nos miran desde las paredes, con el teléfono original en que Rosario Ibarra de Piedra supo por última vez de su hijo Jesús, desaparecido desde el 18 de abril de 1975.
En el museo también se puede encontrar un espacio donde se recopilaron los carteles y mantas que la luchadora social ha realizado desde hace más de 30 años para llamar la atención sobre el tema de los desaparecidos, y una suerte de prisión simbólica donde aparecen las fotos de quienes son responsables de este delito –de acuerdo con HIJOS México–, entre ellos Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, Miguel Nazar Haro y Felipe Calderón.
Con materiales gráficos donados por la revista Proceso y la Universidad Nacional Autónoma de México, la Casa de la Memoria Indómita abre oficialmente sus puertas este martes, con un horario tentativo de 10 a 18 horas, en el número 66 de la calle de Regina, Centro Histórico.