Hace poco más de 20 años, cuando Héctor Quijada supo que estaría al frente del escenario cantando para el incipiente grupo La Lupita, banda alternativa de rock estilo libre –según se clasifican en su sitio de Myspace–, tenía tantos nervios que hasta dolor de cabeza y estomágo sentía. Eran los teloneros de Cuca, en una presentación en Guadalajara.

No obstante, al pisar el escenario en “el primer acorde de la primera rola todo el dolor desapareció: fue como estar en mi cama. Un lugar en el que pude expresar mis emociones mejor que en la vida real”, comenta a La Jornada el cantautor, días previos al concierto que ofrecerá la banda en el teatro Metropólitan el próximo 23 de junio, para celebrar sus dos décadas de existencia.

No ha habido un solo concierto en estos 20 años en los que no hayamos logrado ese nivel de clímax emocional, sonoro, rocanrolero, de euforia. La Lupita da entretenimiento y emociones, apunta el intérprete, a quien se le pregunta si está de acuerdo en que, si el proscenio es como la cama, como él dice, entonces también se puede hacer el amor en el escenario.

Sí, hay momentos intensos, tranquilos, de orgasmos, del cigarrito posterior..., de todo; incluso puede haber hasta disfunción eréctil. Lo más importante es que llegas al punto de emocionar tanto a la gente, que se graba el momento de ese concierto.

Más que entretenimiento

Quijada dice que ha ofrecido cada presentación, cada viaje, de la misma forma que hace 20 años, tratando de disfrutarlo, de que la gente lo goce. Que no sólo sea una experiencia de entretenimiento, sino de conocimiento, de viaje por diversos estados emocionales y de transmisión de ideas.

La Lupita, por ser un nombre icónico para los mexicanos, tiene el buen karma, mismo que los ha acompañado desde Pa’servir a usted, su primer disco, hasta Te odio, su material más reciente, editado luego de 14 años de ausencia.

Después de tanto tiempo de no grabar un álbum creemos que ha llegado el momento para esta celebración, mencionó Héctor en la conferencia del anuncio, junto con otro de los iniciadores de la banda, el guitarrista Lino Nava. Completan la agrupación Luis Fernando Alejo en el bajo y Paco Godoy en la batería.

Sentimos como si estuviéramos sacando el primer disco. Entendemos que el grupo no es el mismo (en alusión a cuando los acompañaba la cantante Rosa Adame, quien actuará en el concierto como invitada) al de los inicios: ahora somos puro güey. Hay gente que ha estado con nosotros en 20 años, y que ha ido creciendo a la par, pero hay quienes nos escuchan por primera vez, por lo que no queremos basar nuestra carrera en la nostalgia.

Abunda: La música que nos interesa es la que hacemos ahora, que es como la que haremos para el próximo disco, en dos años. El propósito es que esto fluya.

–Para usted, ¿qué es el odio?

–Vivimos en un momento histórico, social y cultural. Hay mucha criminalidad. Pero tenemos que dar un paso importante, como aceptar ese lado oscuro que tenemos todos. Poseemos capacidad para amar tanto como para odiar. El que no ha odiado no ha amado; necesitamos ese contraste.

Pero para todo hay esperanza, se le comenta.

Dice: “Veo que la sociedad y los jóvenes han dado pasos para mostrar conciencia social y política, activismo. Me complace ver a jóvenes –con poder de definir una elección– levantar la voz en contra de los establecido. Me gusta que sean participativos.”

Sobre el concierto, que sirve como otra catapulta para Te odio, asegura que están revisando la agenda de los que participaron en él, para que actúen ese día, porque “queremos que sea una celebración con amigos, con palomazos y explosión energética, así como de momentos para la reflexión”.

Será, remató Héctor Quijada, una retrospectiva de todos los discos, de los sencillos, de los lados b, de rolas que por lo regular les piden en los shows, ya que “no buscamos estar en el top de las listas musicales, sólo permanecer y seguir divirtiéndonos con lo que hacemos”, expresó el vocalista.