Luis Costa Bonino denunció que ayer intentaron hackear su página web y se distribuyó una carta, presuntamente escrita por él, en la que habría admitido que ingresó a México en calidad de turista para prestar servicios de asesoría al candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, pero desmintió esa versión.

En un texto difundido por Twitter, consideró que lo han elegido de blanco para la guerra sucia por ser extranjero, por etnocentrismo y xenofobia, porque saben que no puedo defenderme, pues ante cualquier respuesta van a salir aullando pidiendo que me apliquen el artículo 33.

Costa Bonino advirtió que con base en la violación a sus derechos humanos presentará una demanda judicial, esta vez sí de muchos millones de dólares. El uruguayo resaltó que ya aclaró que no hubo pase de charola en la casa de Luis Creel, el 24 de mayo pasado, para recaudar 6 millones de dólares para la campaña de López Obrador, sino que se trató de una estimación personal.

He leído que la grabación clandestina la hizo y la editó con su novio priísta la única señorita que se encontraba en la cena, y que se suprimió toda la conversación aclaratoria de que el candidato nunca había pedido dinero ni jamás haría ningún compromiso con nadie.

Indicó que si llegan al poder quienes hacen esas operaciones, el futuro de México ya no será una dictadura perfecta, sino un totalitarismo, seguramente no perfecto, pero que al tratar de invadir políticamente lo público y lo privado hará que la libertad, la seguridad y los derechos individuales se vayan para nunca más volver.

Costa Bonino aseguró en su carta que el PRI y Enrique Peña Nieto me han hecho una decapitación televisiva y exhiben mi cabeza en la pantalla con total impunidad.