Zúrich, 11 de junio. Esta ciudad será sede a partir de mañana de un congreso mundial sobre suicidio asistido, el cual reunirá a un centenar de delegados de 45 países para debatir sobre el tema, que podría provocar manifestaciones de asociaciones que defienden la vida.

La situación del suicidio asistido es muy distinta en cada país. El objetivo del congreso es hacer un intercambio sobre el trabajo político, el cabildeo y las iniciativas en favor de esa práctica, indicó el vicepresidente de la asociación Exit, Bernhard Sutter.

Exit y Dignitas, miembros de la Federación Mundial por el Derecho a Morir, organizadora del congreso, son las únicas agrupaciones en Suiza que apoyan a las personas que desean suicidarse.

Dignitas es la única asociación que acepta acompañar hacia la muerte a los extranjeros no residentes en Suiza, algo que Exit rechaza por razones éticas.

Aunque la mayor parte del congreso está reservada para los miembros de la federación, el viernes habrá una jornada abierta al público. Podrá asistir a conferencias y mesas redondas, y escuchar el testimonio de personas que acompañaron a algún allegado a la muerte.

En Suiza no es necesario hacer pedagogía sobre el suicidio asistido, dice Sutter, porque esa práctica, en la que una persona que desea fallecer toma una dosis mortal de medicamentos, es legal.

Aun así, muchas personas están interesadas en el tema y se preguntan qué pasará el día que padezcan, por ejemplo, Alzheimer, añade.

Este congreso, que ya se celebró en 2008 en París y en 2010 en Melbourne, también será el escenario de protestas.

Human Life International Suiza, que rechaza el aborto, la contracepción, la educación sexual y la eutanasia, tiene previsto organizar una contramanifestación el viernes.