Asunción. 6 de junio. La presunta imposición del ex goleador Salvador Cabañas fue la razón que orilló a renunciar al técnico Rolando Marciano Chilavert, del equipo 12 de octubre de la tercera división de Paraguay.

Cabañas fue autorizado por los médicos para jugar, aun cuando tiene una bala alojada en la cabeza, a consecuencia de un disparo que recibió en 2010, durante una discusión ocurrida en la Ciudad de México.

El desacuerdo con Chilavert sucedió cuando le pidieron incluirlo como titular en el conjunto. El entrenador inmediatamente protestó porque dijo que le habían pedido que consagrara al 12 de octubre como campeón y eso contraviene con la alineación de un jugador con secuelas de una agresión.

Me pidieron que Cabañas juegue, pero lastimosamente ya no está en condiciones físicas para la competencia. Por compasión no se puede seguir en el futbol, dijo Chilavert.

Destacó que la recuperación del ex americanista fue milagrosa y que desde que se incorporó al plantel, en febrero pasado, ha mostrado avances significativos, como correr y trotar con mucha confianza, pero duele decirlo, aún tiene problemas con la visión izquierda y estando de espaldas al arco no puede girar hacia la izquierda, explicó.

Además, todavía no recupera la iniciativa para dominar la pelota, eludir adversarios, meter pases y buscar espacios para rematar al arco contrario, añadió.

Consideró que la integración de Cabañas al equipo debería tener un sentido más de integración y rehabilitación.

Por su parte, Luis Salinas, presidente de la entidad, desmintió de manera categórica las afirmaciones del técnico. Respondió que él siempre tuvo la decisión de escoger entre los jugadores del plantel. Cabañas fue autorizado médicamente para jugar.