Beirut, 3 de junio. El presidente sirio Bashar Assad se equiparó a un cirujano que amputa miembros para salvar la vida de un paciente, al referirse este domingo a la campaña armada contra opositores a su régimen en una revuelta que cumple ya 15 meses, y reiteró que no tuvo responsabilidad en la matanza de Hula, el 25 de mayo, en la que 108 civiles fueron abatidos.

Cuando un cirujano amputa y la herida sangra, no le decimos que sus manos están manchadas ni le damos las gracias por salvar al paciente, señaló Assad en su primer discurso ante el Parlamento.

El presidente acusó al extranjero de estar en una auténtica guerra contra Siria y dijo estar determinado a acabar con la revuelta, por lo que reiteró sus promesa de mantener la represión contra sus opositores que llevan a cabo una conspiración desde el exterior.

El derramamiento de sangre en Siria es, en opinión de Assad, responsabilidad exclusiva de los terroristas y de las fuerzas extranjeras; aseguró que su gobierno ha hecho grandes reformas políticas, pero sus esfuerzos han sido en vano.

No nos enfrentamos a un problema político. Nos enfrentamos a un proyecto de disenso y destrucción de la nación, apuntó Assad, quien ofreció un diálogo, pero sólo con aquellos que no estén vinculados a las potencias extranjeras y que han evitado el conflicto armado.

Asaad acusó de bárbaros a los autores de la matanza en Hula, donde 49 niños se cuentan entre las víctimas. La rebelión y el gobierno se responsabilizan mutuamente por esta matanza.

En reacción al discurso, un responsable del opositor Consejo Nacional Sirio denunció que las declaraciones del presidente sólo reflejan su voluntad de continuar la represión.

La violencia provocó hoy la muerte de 39 personas en el país, de los cuales 12 eran civiles, 19 soldados, cinco combatientes rebeldes y tres desertores, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres.

Ante este panorama, la secretaria estadunidense de Estado, Hillary Clinton, exhortó a Rusia a respaldar una transición política en Siria, y declaró que la salida de Assad no es una condición, pero debe ser un resultado de esta transición, en diálogo telefónico que mantuvo en los últimos días con su homólogo Serguei Lavrov.

Pero Rusia criticó hoy la condena pronunciada el viernes contra el gobierno de Assad en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, donde se le responsabilizó por la matanza en Hula, y lamentó que las acciones de la oposición armada no hayan sido igualmente condenadas.