Con canciones irreverentes y cáusticas, amorosas y humorísticas, la cantante, pianista y compositora Liliana Felipe ofreció un concierto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, con el cual fue clausurado el décimo Festival Internacional de Cabaret, desarrollado a lo largo de 17 días.

Una reflexión inicial marcó un tono y remarcó una línea de comunicación con el público, conformado por personas nada complacientes: De existir hoy la Inquisición, me habría juzgado por hereje, apóstata, libertina, rebelde, contumaz, enóloga y atea.

Son los seguidores del teatro-cabaret, que prácticamente llenaron el foro de Donceles y celebraron las ideas claras y distintas, a lo cartesiano, de Liliana. Esta desvergüenza delirante, analfabeta, desquiciada, maquiavélica, grotesca, perfumada y violenta que aguantamos y aguantamos y aguantamos, dijo, en una noche de verdades intercaladas entre canción y canción.

El concierto estuvo dedicado a los jóvenes, a los que están despertando, con el afán de  sentirme más cerca de ellos, para ver qué aprendo y brindarles todo lo que he podido crear hasta hoy.

Los muchachos del #Yosoy132 se han manifestado y con ello nace la esperanza.

Liliana Felipe pasó revista a algunas de sus composiciones de los 20 discos que ha grabado.

Los ecos y las resonancias sociales buscan espacio. Liliana Felipe invita a representantes de Hijos México, quienes se definen como hijos de desaparecidos, contra el olvido y el silencio, quienes han hecho suya la causa de buscar y exigir que aparezcan sus familiares y amigos, exiliados, presos o asesinados. “Nuestra voz es un eco que se repite desde hace varias décadas (…) Los desaparecidos nos atañen a todos. Son maestras, campesinos, ecologistas, médicos, madres, tías, hermanos, papás…” La búsqueda no cesa, ni cesará. ¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!, grito colectivo que hace tragar saliva.

Vuelve Liliana Felipe a su piano y a su canto. Nos tienen miedo porque no tenemos miedo, rola que prende una mecha que explota sentimientos, deseos de justicia. Nada más pensemos en los 60 mil muertos, algo así como mil desaparecidos en este gobierno espurio, 250 mil desplazados. ¡Eso es algo que no se puede permitir! Nada más pensemos en esas personas. ¿Adónde van a ir? Nadie sabe adonde llegan.

Recuerda un México que no está presente en noticieros que buscan rating.

Para la sensualidad: Mala. Entra al escenario Jesusa Rodríguez y el cuadro se completa. Una emoción por ver a esa pareja. Jesusa habla del riesgo para un país con Alzheimer. El que vaya a votar por el PRI que con su pan se lo coma.

Liliana Felipe y Jesusa RodríguezFoto Roberto García Ortiz

Felipe y Rodríguez hacen un performance-parodia con la música de Huapango, de Moncayo.

Vamos a hacer esta canción con todo respeto, respeto de chinga tu madre. Y hablaron de un espurio que entró como chiflido por la puerta de atrás. Abundaron sobre un borracho que ya se va, que saldrá de la historia por la puerta de atrás.

No dejaron títere con cabeza: El gobernador de Puebla gastó 3 mil millones de pesos en el aniversario del 5 de mayo, y lo más interesante fue que no dejaron entrar a la población.

Propuestas escénicas diversas y originales

Así acabó el festival de cabaret, que tuvo 30 sedes, en las cuales 30 compañías dieron 70 funciones con propuestas escénicas diversas, creativas, originales. Todo, con el trabajo de Las Reinas Chulas, que subrayaron que en este encuentro no hubo censura de ningún tipo ni se prohibió a nadie mencionar algún nombre. Este festival está dedicado a las y los periodistas asesinados en este sexenio.

Elena Poniatowska dijo a este medio que es admiradora de la obra de  Liliana Felipe. Soy fan de ella desde hace años. El teatro-cabaret es un buen medio para reflejar lo que pasa en el país, acotó.

Por su parte, Liliana Felipe, quien firmó decenas de sus discos, expuso: Fue muy emotivo  estar aquí. Para empezar la invitación me hizo latir el corazón. Y en este teatro y con un piano Steinway. Hay que trabajar porque el cabaret por sí mismo no puede.

Canciones fuertes

Jesusa Rodríguez: “Liliana y yo no hemos parado de trabajar. Lo que pasa es que ya no estamos en El Vicio, pero estuvimos en el Museo Universum (de la Universidad Nacional Autónoma de México) varias temporadas. Liliana siempre canta, lamentablemente fuera del país. Casi nunca la invitan aquí porque sus canciones son muy fuertes para la idiosincrasia mexicana, que es una sociedad timorata que se asusta de que las cosas se digan como son. Hoy, Liliana cantó Las histéricas, Memoria, Pero no te extraño y Tiene que salir, entre otras”.

La escritora Laura Esquivel indicó: Fue un concierto en el que Liliana mezcla inteligencia, humor y compromiso social. El humor siempre nos deja una puerta  de escape ante situaciones dolorosas y nos permite reír, incluso. Es liberador.