Ciclo de conferencias Desarrollo y buen vivir, en la UNAM
Miércoles 30 de mayo de 2012, p. 43
El mundo enfrenta hoy una crisis de la civilización que se expresa en que mil 700 millones de personas vivan en pobreza, 925 millones de habitantes padezcan hambre y que cada seis segundos muera un niño en el orbe porque no se alimenta adecuadamente, señaló Violeta Núñez, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco.
Agregó que existen 212 millones de desempleados a escala mundial, de los cuales 40 por ciento son jóvenes, y que 20 millones de migrantes indocumentados dejaron sus naciones en búsqueda de oportunidades.
Durante el ciclo de conferencias Desarrollo y buen vivir, realizado en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México, la investigadora resaltó que hoy los seres humanos están sujetos a un sistema que propicia el individualismo extremo, el cual ha conducido a una descomposición social.
La crisis de la civilización es multidimensional, ya que incluye las crisis económica, financiera, medioambiental, alimentaria y energética
, dijo. Una opción contra ese trance mundial es la cosmovisión indígena expresada en el término buen vivir, que plantea una lógica y una racionalidad diferente a la ganancia.
La visión de los pueblos originarios se hizo visible con el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional el primero de enero de 1994, que con la primera declaración de la selva Lacandona expresó la idea de que otro mundo es posible, uno en el que quepan muchos mundos y sus diferentes maneras.
Núñez analizó a los tojolabales, cuya cosmovisión asienta que todo tiene vida y corazón, y como tal debe respetarse y cuidarse. En esta concepción el ser humano es parte y no dueño. Aquí la naturaleza, los elementos, la madre tierra, los animales, el Sol, la luna y hasta los muertos son parte de un todo en el que también se incluye a la humanidad.
En su turno, el académico Luis Concheiro resaltó que esta concepción del mundo hace una construcción a partir del principio de diversidad, lo que pone en jaque el corazón de la visión occidental
. Se trata de buscar un bien común a través de que todos actúen juntos para conseguirlo.
En México, dijo, se han expresado tres movimientos con estos principios: El campo no aguanta más, Sin maíz no hay país y el Plan de Ayala para el Siglo XXI.
Concluyó que hay una confrontación entre capital y cosmovisión indígena, por ver a la tierra como propiedad privada.