La ópera de Franco Alfano tuvo cinco funciones en el Teatro Real de Madrid
Es uno de los personajes más extraordinarios en lo musical y la actuación
, afirma el tenor
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 6
Madrid, 23 de mayo. En el final de su larga y prolífica trayectoria, el tenor español Plácido Domingo hizo historia con su interpretación de Cyrano de Bergerac, el mítico antihéroe de la historia francesa, de nariz prominente y palabra grácil y sabia.
El timbre de su voz se acopló de forma natural a la que algunos críticos ya consideran una de sus mejores interpretaciones, comparándola incluso con su ya clásico Otelo.
El Teatro Real de Madrid culminó así un proyecto que inició de la mano de Domingo hace dos años, para rendir homenaje al tenor, uno de los cantantes españoles de ópera más celebrados de la historia, que hace dos temporadas interpretó el Simón Boccanegra, de Verdi
Cyrano de Bergerac es una ópera del músico francés Franco Alfano, la cual había sido proscrita por el mundo de ese género hasta hace pocos años, guardadas sus partituras en bibliotecas polvorientas sin que nadie las sacara a la luz.
La pieza, escrita en francés e italiano, fue compuesta en 1936, con base en un libreto de Henri Cain. Se trata de un drama heroico homónimo al del dramaturgo francés Edmond Rostand, autor de la primera pieza de ficción del personaje real de Bergerac.
El compositor Alfano partió del estilo verista italiano, con una notoria influencia de Puccini en el tratamiento de la orquesta y de las voces, aunque asumió elementos del impresionismo francés, en particular de Debussy.
Elenco de primer nivel
Desde su estreno el 22 de enero de 1936, Cyrano de Bergerac se volvió a interpretar hasta el siguiente milenio, en 2005, en una nueva producción que pasó por Kiel, Montpellier y Nueva York, en el Metropolitan.
El Teatro Real de Madrid presentó la producción del Théâtre du Châtelet de París, con un cartel de primer nivel, con Plácido Domingo a la cabeza, acompañado por Ainhoa Arteta, como Roxane. Petrika Ionesco fue el director de escena, escenógrafo e iluminador, al conseguir un ritmo trepidante al principio, y melancólico y contundente en los actos finales.
A sus 71 años, Plácido Domingo interpretó uno de sus papeles más celebrados y emotivos, provocando el aplauso de un público extasiado tras el bello y trágico final. El director de orquesta, Pedro Halffter, aportó el equilibrio orquestal y la tensión dramática.
“Vi la partitura de Cyrano y me enamoré de ella. Contiene armonías sorprendentes, muy nuevas para la ópera italiana. Para mí, la escena del balcón y el final constituyen las cimas de la ópera. Es un empeño personal, porque se trata de uno de los personajes más extraordinarios que existen en lo musical y también en la actuación. Va de lo cómico a lo trágico y se necesitan muchas facultades para representarlo en el escenario”, explicó Domingo, quien encaró las cinco representaciones con fuerza y sin el menor signo de cansancio.