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El artista abstracto muestra su obra más reciente, en la Bolsa Mexicana de Valores

Mi búsqueda es por un espacio relajante, casi una meditación: Alfredo Gavaldón

La concesión del premio Nobel a la apoptosis o suicidio celular inspiró esos trabajos, dice

Siempre parto del dibujo para tener el escape lúdico, manifiesta a La Jornada

Foto
Alfredo Gavaldón durante la entrevista con La JornadaFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de mayo de 2012, p. 5

Apacible y serena, así define el artista abstracto Alfredo Gavaldón (DF, 1959) su más reciente producción, no obstante que los 12 conjuntos de obra, tanto de óleos individuales como dípticos, trípticos y polípticos, expuestos en la Bolsa Mexicana de Valores, parten de la apoptosis o suicidio celular.

Tal vez en otra etapa procuraba sacar los sueños o las emociones, pero en la actual, en contraste, busco un espacio personal, relajante, casi una meditación. No dejo que mi trabajo me altere, señala en entrevista.

Dibujante por excelencia, si Alfredo Gavaldón se inspiró en la ciencia para la presente obra, fue porque llamó su atención que en 2000 se otorgó el Premio Nobel al descubrimiento de la apoptosis. Eso se debió en gran parte, porque a la par trabaja un archivo de suicidas de la Edad Media.

“En ese momento –explica– me encontraba en París, en el proceso de ir a bibliotecas y archivos en busca de suicidas del medievo, porque quería unas historias para unos rostros que dibujaba. Buscaba hacer una conexión y junté como 70 casos básicamente en Inglaterra y Francia, pero también en Alemania y los Países Bajos, porque el suicidio era muy penado.

“Cuando vi las imágenes de las células que se suicidaban me enamoré del caso, porque empecé a ver, incluso, parecida la actitud de un suicida real con el momento en que una célula se separa de su grupo como lo hacen las personas.

Hay un punto en que la célula explota y esto es debido a que la tensión superficial interviene en este proceso suicida. Por eso decidí usar en esta ocasión esferas y remarcar justamente la unión de cómo trabajan la tensión superficial, el hilo conductor de estas imágenes.

Combinación de historia y ciencia

Gavaldón también exhibe, en el recinto de Reforma 255, colonia Cuauhtémoc, un objeto que cuelga del techo consistente en una serie de grandes clips que se refiere a cómo se enseña la tensión superficial en la educación primaria: poner un vaso de agua y un sujetapapeles que no se hunde.

Asimismo trabaja el políptico, debido a su gusto por “la fractura que puede existir de pronto en una línea continua. Es también parte de mi admiración por la rimpa japonesa de 1800, de donde nace un poco el art nouveau, y manejan todas estas pantallas, estos biombos. Me parece que la fractura en cierta parte une más que dejar la pieza completa, es una observación estética personal. Me gusta mucho esta parte de paneles independientes que hagan una pieza. Es muy lúdico, se puede hacer otro acomodo, intercambiarlas”.

Respecto de esta combinación de lo histórico y lo científico, el entrevistado señala que el arte para él es un círculo: por donde se entra se llega al mismo lugar después. Entonces, sí hay etapas del arte que he vuelto a ver, sobre todo esta tradición del dibujo oriental. Siempre lo he seguido, porque su carácter se presta mucho a la repetición, a buscar la excelencia, aunque no es lo que pretendo. Me gusta mucho revisar en cuanto a técnicas que han surgido.

Gavaldón recalca que todo su trabajo, aunque haga de pronto objeto o alguna escultura, siempre parte del dibujo, aunque no todo llega a crecer más allá: Tomo temas serios, pero siempre tratando de jugar, de tener el escape lúdico.