Cada vez más creen que el Estado cedió el poder a empresas: PNUD
Martes 22 de mayo de 2012, p. 10
El actual proceso electoral transcurre acompañado de desprecio, distancia crítica e incluso sorna, como si produjera en los ciudadanos un halo de malestar que le fuera intrínseco y que impide observar lo sustantivo y apreciarlo
. La molestia más extendida es que a gran parte de la población no le gustan los candidatos ni lo que están haciendo los partidos, ven en ellos una fórmula insípida, incolora y aburrida de cambio político, señaló José Woldenberg, catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNAM.
En la Cumbre Ciudadana para Construir un México Pacífico y Justo indicó que hay quienes abominan estas elecciones porque no están de acuerdo con algún o algunos de los eslabones del proceso, creen que son muy caras para el país, que los promocionales resultan insoportables
o que el IFE es un elefante blanco
; ven el árbol chueco y no aprecian el bosque.
Pero además, “hay de campañas a campañas, ya que mientras en algunas los diagnósticos y las propuestas tratan de dotar de sentido el ahora y el futuro inmediato, en otras hay vaciamiento de contenidos, son una feria de ocurrencias, jingles y discursos huecos”.
En esta cumbre, el director del Programa de Gobernabilidad Democrática del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Diego Antoni Loaeza, dio a conocer un informe sobre democracia en América Latina, en el que se indica que en los pasados ocho años se ha ahondado el desprestigio de los partidos políticos en la región.
El informe realizado por el PNUD y la Organización de Estados Americanos (OEA) indica que ha crecido la desconfianza ciudadana en los partidos políticas, e incluso una muestra realizada para esta investigación señala que 48 por ciento de los ciudadanos encuestados considera que el verdadero poder en sus naciones lo tienen las empresas y no el Estado.
En cuanto a los desafíos de la democracia mexicana, el análisis subraya que hay una crisis de representación democrática, más pobreza de representatividad, campañas mercadológicas que no van al fondo de los problemas, sólo hacen clientelismo, y los políticos carecen de imaginación para incentivar la participación ciudadana.