Viernes 11 de mayo de 2012, p. 25
La Paz, 10 de mayo. El presidente Evo Morales, un líder indígena de izquierda que surgió de las luchas sindicales, está siendo acosado paradójicamente por los sectores sociales que lo llevaron al poder en 2006 y este jueves incentivaron protestas callejeras que dejaron siete heridos en Bolivia, uno de los países más pobres de América Latina.
Un viceministro de Interior y seis policías resultaron heridos, en medio de choques de la policía en La Paz con estudiantes universitarios, mientras mineros estatales encabezaron una marcha de varios miles de fabriles y trabajadores en salud, haciendo detonar guías de dinamita, dijo el Ministerio de Gobierno en un reporte médico remitido a Afp.
"Hay una actitud planificada de grupos inmersos en las movilizaciones que están usando de manera política estas movilizaciones", acotó el viceministro de Interior, Jorge Pérez, tras abandonar un hospital con una contusión en la cabeza, al referirse a las protestas de sindicatos de obreros que rechazan un incremento salarial del 8 por ciento.
Al alto escenario de conflictividad, alimentado por una huelga de médicos contra la ampliación de su jornada laboral de seis a ocho horas y un paro de 72 horas ordenado por la unitaria central obrera (Central Obrera Boliviana, COB) en demanda de mejores salarios, se sumaron los universitarios del sistema público por mayor presupuesto.
La huelga de la COB, que concluye el viernes, está caracterizada por manifestaciones callejeras y cortes de ruta en varias regiones del país como Potosí, Tarija, Beni, Cochabamba o Santa Cruz, a cargo de los médicos, aunque la actividad es normal en la industria, el comercio y la banca.
El clima social enrarecido comenzó con la llegada a La Paz de más de 100 mineros del poderoso sindicato de Huanuni, la mina estatal más grande del país, para presionar por un salario mínimo nacional equivalente a mil 150 dólares, cuando el actual es diez veces menor.
"Esta es una marcha masiva de los trabajadores, en el marco de una huelga. Queremos preguntar al gobierno ¿cuándo va a negociar las necesidades salariales de los trabajadores?", dijo el líder de la COB, Juan Carlos Trujillo.
Los mineros de Huanuni fueron determinantes en la caída del presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003, quien reprimió una rebelión popular con un saldo de 60 muertos, o en la del ex dictador Luis García Meza, en 1980.
"Se están radicalizando las medidas de presión en todo el país", advirtió José Gonzáles, líder de los empleados de la Salud, también en huelga, afectados por el decreto de ampliación de la jornada laboral de seis a ocho horas, y que fue suspendido el viernes pasado por Morales.
Un ex ejecutivo de la COB, un dirigente minero radical, Jaime Solares, trabajador de Huanuni, lanzó una advertencia: "todo puede ocurrir en este país. Si el gobierno se cae no será por culpa de los mineros, sino por su soberbia, por no saber escuchar" a los sindicatos.
Esa posibilidad es sin embargo descartada por otros líderes de la protesta, como el presidente del Colegio Médico de La Paz, Luis Larrea, quien dijo que "nosotros no tenemos ninguna intención política, no estamos nosotros en el ánimo de desestabilizar" al gobierno.
Aunque Morales está en una encrucijada, todos "son conflictos localizados, parece que no afectan la estabilidad del régimen. En especial, porque no hay oposición política, la oposición es sólo social", precisó el analista independiente Carlos Toranzo.
Sin embargo, los dinamitazos diarios en La Paz y los violentos choques de manifestantes con policías hacen temer un desenlace complicado, salvo que Morales levante el decreto de ampliación de la jornada laboral y mantenga su palabra de no construir una ruta por el corazón de la Amazonia, por ejemplo.
"Estos errores gubernamentales (..), así como el acumulado malestar de las clases medias con el gobierno, alimentan la ilusión -en los partidos políticos- de que es posible reorientar el desportillado proceso de cambio" que Morales postuló en estos seis años de gestión, según el cientista político Carlos Cordero, profesor de la universidad católica de La Paz.
Morales, un indígena de 52 años, ex miembro de la COB, saltó del liderazgo del sindicato de productores de la coca a la política y de ahí a la presidencia en 2006, con un inédito 54% de los votos. En 2010 fue ratificado para un nuevo mandato con el 64% de los sufragios, pero su popularidad ha caído al 39% en marzo, según sondeos.