La Paz, 8 de mayo. El gobierno del presidente Evo Morales ofreció hoy su mediación en el conflicto entre la alcaldía de La Paz y los choferes del transporte público, que este martes cumplían el segundo día de un paro de 48 horas en rechazo de una ley municipal que reglamenta el transporte y el tránsito urbano.

Es una convocatoria, una invitación, un pedido público urgente tanto al alcalde como a los representantes de los choferes, para que tengamos una reunión que permita instalar un diálogo, declaró el ministro de Gobierno, Carlos Romero, ante una medida de fuerza que afecta a miles de ciudadanos y ha cancelado las clases en La Paz y la vecina localidad de El Alto.

Romero indicó que el encuentro podría llevarse a cabo en el Ministerio de Gobierno, pensando sobre todo en la población que está molesta, preocupada y ha sido perjudicada. Añadió que los conductores han levantado fogatas y mantienen numerosos bloqueos en calles y avenidas, y que el gobierno central ha facilitado vehículos militares para ayudar a la gente a transportarse.

Roces con transeúntes

Reportes de prensa señalaron que este día hubo algunos roces entre transeúntes y choferes, ya que éstos han tratado de impedir el paso de colegas disidentes y de vehículos particulares. Uno de los incidentes tuvo lugar en Pasankeri, entre las ciudades de La Paz y El Alto, donde al menos cinco personas resultaron heridas.

Los choferes sindicalizados rechazan una nueva legislación que regule las rutas, las paradas y los horarios de servicio, cumplir las normas de circulación y llevar puesto el cinturón de seguridad, entre otras. Se trata de una norma impulsada por la alcaldía de La Paz dirigida por Luis Revilla, del opositor Movimiento Sin Miedo (MSM).

Al frente del MSM está el líder centroizquierdista Juan del Granado, antiguo aliado del presidente Morales y que se ha convertido ahora en uno de sus principales adversarios y no descarta postularse a las presidenciales para 2014 en Bolivia.

El líder de la Federación de Juntas de Vecinos, Arturo Quispe, estimó que en todo esto subyace también una actitud política, al señalar que los transportistas tienen una buena bancada en el Congreso, próxima al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).

Pero el ministro Romero denunció que el MSM está provocando un conflicto que castiga a toda la población de la Paz y El Alto y no da una señal mínima de diálogo.

El gobierno boliviano también denunció que la Central Obrera Boliviana (COB), el mayor conglomerado sindical del país, se ha negado a dialogar al convocar a un paro nacional de 72 horas a partir de este miércoles para exigir un aumento salarial por encima del 8 por ciento ofrecido por las autoridades.

Hay mano negra en las protestas callejeras. Existe un plan de desgaste (del gobierno), sin importar el precio que debe pagar la sociedad, dijo el viceministro del Interior, Jorge Pérez.

En tanto, indígenas que se oponen a la construcción de una carretera en la Amazonia de Bolivia reiniciaron el martes una marcha rumbo a la ciudad andina de La Paz, en un recorrido de 600 kilómetros en total en los próximos días, informó el sindicato que apoya la protesta.

Los nativos comenzaron su caminata el 27 de abril en la ciudad de Trinidad, al noreste del país, y ya cubrieron un trecho de 90 kilómetros, cruzando el poblado de San Ignacio de Moxos, donde los lugareños habían advertido que no permitirían su avance, pues apoyan la construcción de la carretera. Sin embargo, el enfrentamiento no se dio ya que la columna hizo un rodeo y el gobierno envió un contingente policial para evitar incidentes violentos.

Adicionalmente, sindicatos afines al gobierno anunciaron para este miércoles manifestaciones en la ciudad de Cochabamba para respaldar al presidente Morales.