Extranjerización bancaria
México: campeón en AL
Paraíso y pulpo financiero
n el contexto latinoamericano México goza del nada envidiable primer lugar en lo referente a extranjerización del sistema financiero: alrededor de 90 por ciento permanece en manos de trasnacionales del ramo –para las que este país se ha convertido en un verdadero paraíso–, contra poco más de 50 por ciento en Uruguay, su más cercano competidor en la región. Ni siquiera Chile –perenne cuan alegre ejemplo de la exitosa
política neoliberal, iniciada por el dictador Pinochet– ha llegado al exceso mexicano; de hecho, está muy por debajo de él (40 por ciento de su sistema ha sido extranjerizado).
Con la decidida participación de los gobiernos locales –de Zedillo a Calderón, en el caso mexicano– el pulpo financiero internacional aprovechó
lo que sería una oportunidad única e irrepetible
y a la región llegó para quedarse, con todas las ventajas del caso, explica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, organismo que aporta las cifras referidas. Así, la mayoría del ahorro de los nativos se ha quedado en manos de los neo colonizadores, que siguen dando espejitos a cambio de oro.
La Cepal apunta que durante los años de auge
de la expansión internacional del selecto grupo de bancos que buscaron nuevas oportunidades
de negocios en países en desarrollo, América Latina fue un destino privilegiado. La llegada de bancos extranjeros, particularmente de Canadá, España, Estados Unidos y Reino Unido, ha sido una tendencia muy generalizada en toda la región y estas instituciones utilizaron la compra de entidades locales como el principal mecanismo de ingreso a los mercados latinoamericanos, a tal grado que, por ejemplo, para trasnacionales como el BBVA las utilidades obtenidas en la región conforman la mayor parte de sus ganancias globales.
Aun así, “existe un contraste en las experiencias de las dos mayores economías regionales: Brasil y México. En la primera, dada la fortaleza de los grupos privados locales, el tamaño del mercado y la relevancia de los bancos públicos –que desempeñan un papel central en el financiamiento de la inversión y el desarrollo de la economía–, la llegada de entidades extranjeras ha sido más limitada, incluso con varias experiencias fallidas. Entre otros factores, el vínculo de la banca privada nacional con operaciones del Estado, el acceso a clientes privilegiados y las importantes mejoras en la eficiencia producto de la incorporación de tecnología explican la salida de algunos bancos extranjeros del mercado brasileño”.
En el caso mexicano, las sucesivas crisis financieras en un periodo relativamente corto contribuyeron, junto con otros elementos, a cambiar la percepción
respecto de la presencia de bancos extranjeros, que en la actualidad es la más alta de América Latina. Entre los más activos estuvieron los bancos españoles. En los años noventa, América Latina también representaba una oportunidad única para los grandes bancos ibéricos, en especial para el Santander y el BBVA. Otras opciones más cercanas, como las que ofrecían otros países europeos, mostraban mercados maduros y escasas posibilidades de adquisiciones, además de altos precios. Las grandes entidades bancarias españolas encontraron en América Latina (especialmente en México) el medio para consolidar su activo proceso de internacionalización
, no sin contar con los aperturistas gobiernos neoliberales.
A estas alturas, las trasnacionales financieras concentran 20 por ciento del sistema bancario brasileño y 90 por ciento del mexicano. México pasó de ser uno de los países más cerrados a la inversión extranjera en el sector bancario a ser uno de los que tenía mayor participación de entidades foráneas en el sistema. No obstante, y pese a su nivel de desarrollo, el país posee un sistema bancario reducido en relación con su nivel de desarrollo, lo que indica lo difícil que ha sido superar dos grandes crisis bancarias en poco más de una década
. A pesar de todas las facilidades otorgadas por el gobierno, la industria financiera que opera en México sigue presentando cierto grado de subdesarrollo y los créditos entregados por el sector bancario lo sitúan aún lejos de las mayores economías latinoamericanas. Parte importante de las actividades de los bancos españoles en América Latina se centró en México después de que en 1998 (el gobierno, después del Fobaproa) eliminó todas las restricciones al capital extranjero en la banca
.
En general, explica la Cepal, los mercados latinoamericanos ofrecían un bajo nivel de bancarización, amplios márgenes de intermediación, altas rentabilidades potenciales y el mejoramiento de los sistemas de supervisión y regulación bancaria. Todo ello abrió interesantes oportunidades de negocios
. Simultáneamente, se percibían carencias de capital y de nuevos productos para hacer frente a una demanda creciente de servicios financieros. Todo esto ocurría en un contexto de idioma, cultura e historia comunes, un factor que resulta limitativo en otros escenarios, pero que en este caso propiciaba la transferencia no sólo de capital, sino también de tecnología y técnicas de gestión. Para ello se aplicó una ambiciosa estrategia de adquisición de grandes entidades financieras nacionales que contaban con una importante base local de depósitos, que las convirtió en líderes en la mayoría de las economías regionales. Esta dinámica contribuyó notablemente a acentuar la concentración del mercado bancario latinoamericano. En la actualidad, las tres primeras entidades superan el 50 por ciento de los activos del sistema y las 10 mayores alcanzan más de 85 por ciento
.
En una primera etapa, los bancos extranjeros se focalizaron en los países de tamaño medio, con la evidente excepción de Brasil y México. Una vez consolidada su posición en los mercados locales, las principales entidades españolas concretaron nuevos planes de diversificación. En este ámbito, se destaca el acceso al negocio de las administradoras de fondos de pensiones y los seguros. A comienzos del nuevo siglo, Santander y BBVA ingresaron con gran fuerza a los mayores mercados de la región (Brasil y México) y definieron lo que sería su renovado patrón estratégico mundial. Paralelamente, concretaban nuevas adquisiciones en Europa mediterránea y Reino Unido. El mercado brasileño resultó especialmente difícil para los bancos españoles. De hecho, la intensa competencia con las entidades locales obligó al BBVA a retirarse rápidamente de ese mercado, mientras Santander ha realizado grandes esfuerzos para mantener e incrementar su participación.
Las rebanadas del pastel
No es lo mismo que lo mesmo. Muchos preguntan ¿cómo vieron el debate?, mientras Ricardo Salinas Pliego cuestiona: ¿cómo?, ¿vieron el debate?