Madrid, 3 de mayo. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), el economista italiano Mario Draghi, emplazó a España a adoptar, con transparencia y celeridad, las reformas de calado que requiere la dramática situación económica que vive el país, e hizo especial énfasis en la reforma financiera que debería llevarse a cabo de forma más rápida y con más claridad.

Así de contundente se mostró la máxima autoridad monetaria europea ante las señales que ha emitido en los últimos días el conjunto de la banca española, inundada de los llamados productos tóxicos procedentes de la crisis del sector inmobiliario y la construcción.

En una Barcelona sitiada por la policía y el hermético cordón de seguridad impuesto por el gobierno del conservador Mariano Rajoy se celebró la reunión anual del consejo de gobierno del BCE.

A la cita acudieron las máximas autoridades financieras y monetarias de los 27 países de la Unión Europea y los principales responsables de la estabilidad financiera de la región, así como los autores intelectuales de la mayoría de los planes de ajuste llevados a cabo por los gobiernos europeos para reducir el déficit público a costa de recortar los servicios públicos básicos y aumentar los impuestos a la mayoría de la población.

España fue la anfitriona de una reunión en la que Draghi quiso lanzar dos mensajes: es necesario continuar con las reformas de calado, prácticamente en todas las áreas y con la mirada puesta en la firma de una reforma laboral común en toda la región. En segundo lugar, consideró necesario fomentar la activación de la economía, pero sin contradecir los planes de ajuste y de austeridad.

Este es un dilema difícil de resolver para los gobiernos, que tienen escaso margen de gasto público, que es la forma más directa de reactivar la economía.

El país ibérico también representa una amenaza a la estabilidad financiera por el devenir de su economía en los últimos tres meses, desde la llegada al poder del derechista Partido Popular (PP). Los datos son contundentes: el desempleo alcanzó la cifra histórica de 5 millones 680 mil personas, 24.4 por ciento de la población activa; la economía entró en recesión en el primer trimestre, con un decrecimiento de 0.3 por ciento; el déficit público fue más alto del esperado, al situarse en 7.6 por ciento del PIB y, por último, y quizá lo más grave en estos momentos, es la delicada situación del sistema bancario.

Prácticamente todos los bancos españoles –desde los grandes Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y Santander hasta las Cajas de Ahorro– se encuentran en una situación en extremo delicada, al tener decenas de miles de millones de euros en productos tóxicos procedentes de la crisis inmobiliaria.

La crisis bancaria se suma a la fuga de capital extranjero –60 mil millones de euros en el primer trimestre– del Tesoro Público, que hasta ahora había sido controlada por la banca española que había comprado acciones del Tesoro para paliar a esa fuga.

Ahora, con la soga al cuello por el futuro inmediato, los propios bancos advirtieron que no tienen margen para comprar más bonos del Tesoro, pues ya se han gastado más de la mitad de los fondos de rescate que recibieron del BCE, que en conjunto aprobó para toda la eurozona dos grandes bloques de financiamiento por 250 mil y 500 mil millones de euros. Gran parte de ese dinero se ha evaporado en combatir los permanentes ataques de los especuladores contra la eurozona y contra los países más vulnerables como Grecia, Portugal, Italia y España.

Draghi destacó que si bien el gobierno español ha desplegado reformas políticas muy significativas en un tiempo brevísimo, ahora es importante avanzar en las áreas pendientes, sobre todo la financiera, para construir lo antes posible un mercado único de la zona euro para fomentar la competitividad y elevar la competencia, ya que hay que hacer reformas: aumentar la flexibilidad, la movilidad y también la igualdad, porque hay un desequilibrio hacia el segmento joven.

Plantean un banco malo

El ministro de Economía, Luis de Guindos, reconoció que el gobierno trabaja en un plan para crear una especie de banco malo que aglutine todos los productos tóxicos que están contagiando al conjunto del sistema financiero y lo ponen en riesgo.

De Guindos advirtió que el sistema financiero español ha hecho provisiones que permitieron un ajuste del valor de sus activos, que llega a 90 por ciento en el caso del suelo y 80 por ciento en cuanto a las promociones de viviendas en curso.

Con ello, en los próximos días el gobierno regulará la creación de las sociedades que servirán para aislar los activos inmobiliarios problemáticos de la banca. El gobierno definirá las reglas en las próximas semanas, con el objetivo de que las entidades que tienen estos activos inmobiliarios los puedan ir sacando de su balance, con ventas parciales o a través de sociedades.