Hay tentación oficial de construir más vialidades, señalan en foro
Jueves 3 de mayo de 2012, p. 40
Diariamente, 496 vehículos en promedio se incorporan al parque vehicular de la ciudad de México, lo que significa llenar cada dos días un estadio
, con el consecuente problema de tránsito, pérdida de horas-hombre y emisión de contaminantes, al caer las autoridades en la tentación de construir más obras viales
.
En el foro El coche nos cuesta: transformando la movilidad urbana en México, Xavier Treviño, director del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP), señaló que en los pasados 20 años el número de automóviles en el país se triplicó, con un costo económico en el subsidio a la gasolina, que el año pasado fue de 169.5 millones de pesos, y una pérdida de tiempo estimada en 200 mil millones de pesos anuales.
Mientras, la mala calidad del aire causó la muerte de más de 14 mil 700 personas en 2008; los accidentes de tránsito dejan saldo de 24 mil muertos y 40 mil heridos, y los autos generan 18 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del fenómeno de cambio climático. La perspectiva futura es que estos impactos se incrementen ampliamente, pues se espera que el parque vehicular privado alcance las 70 millones de unidades para 2030.
José Merino, politólogo, explicó que tan sólo en la pasada década el número de autos en el país creció, principalmente entre la población de menos ingresos, pues uno de cada cinco hogares en pobreza alimentaria tiene un auto, aunque sea viejo
. La cifra pasó de 116 mil a 554 mil, es decir, cuatro veces más, pues no aspiran a moverse de otra forma”.
Los recursos para ello provienen en la mayoría de los casos de los programas o becas otorgadas por los gobiernos federal o local, aunque no tienen para comer
. En la ciudad de México, 23 por ciento de los viajes se hacen en automóvil y 25.2 por ciento en bicicleta o a pie, pero no se refleja en términos de gasto público, porque se sigue invirtiendo en vialidades
, agregó.
De acuerdo con información de las compañías, “cada día se venden 496 nuevos coches en la ciudad, lo que implica una demanda de un estadio cada dos días, que va a parar al espacio público, lo que implica gastos fiscales que solventan quienes menos tienen. Es el síndrome de Estocolmo al extremo: todos pagamos por lacerarnos, porque todos aspiramos a ser parte del lacerador en algún momento, pues nos vemos ya usando la supervía”, comentó.