La Secretaría de Gobernación condenó ayer de forma enérgica el asesinato de la corresponsal del semanario Proceso en Veracruz, Regina Martínez, y consideró que la muerte de la comunicadora constituye un atentado a la libertad de expresión y a los derechos humanos. De igual forma manifestó su plena disposición para colaborar, de ser necesario, en las investigaciones que realice el gobierno veracruzano.

Por otra parte, en Jalapa, al instalar un altar con veladoras en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada, el grito más repetido por decenas de comunicadores, académicos, estudiantes, activistas y ciudadanos fue: ¡Esto no puede quedar impune. La voz de Regina vive!

Los manifestantes exigieron a las autoridades el esclarecimiento del crimen y detener la ola de asesinatos de periodistas en la entidad como producto de la inseguridad y violencia que se elevó en los años recientes.

La muerte de la corresponsal también desató condenas entre los actores políticos y en las redes sociales, así como en medios nacionales y extranjeros.

El arzobispo de Jalapa, Hipólito Reyes Larios, pidió al gobierno estatal que procure justicia en este caso, pues la sociedad se siente agraviada por el hecho.

Mientras tanto, en Cuernavaca, unos 20 reporteros se concentraron en la glorieta de la Paloma de la Paz para repudiar el asesinato de Regina Martínez. Así, los periodistas morelenses se sumaron a las protestas que se llevaron a cabo en varias partes del país para exigir al presidente Felipe Calderón y al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, que este crimen no quede impune, como ha sucedido con la muerte de otros comunicadores en este sexenio.

En Chiapas, el obispo de la diócesis local, Felipe Arizmendi Esquivel, lamentó el asesinato de la corresponsal de la revista Proceso en Veracruz, Regina Martínez, y dijo que lo más lamentable no es que sea una persona de una revista importante en el país, sino que estos casos sigan sucediendo a pesar de que haya más policía y Ejército.

Por otra parte, durante una protesta realizada frente a la representación del gobierno de Veracruz en el Distrito Federal, y en nombre de los periodistas del semanario Proceso, María Scherer expresó: ¡Basta ya de impunidad en los crímenes contra periodistas! Dijo que el asesinato de Regina Martínez, corresponsal de esa revista, ocurrido el pasado sábado, no es un hecho aislado; se suma a la lista de cinco crímenes contra comunicadores ocurridos desde 2010 en esa entidad.

Subrayó que el crimen constituye también el síntoma de una de las peores épocas para el ejercicio periodístico en todo el país. Más de 70 crímenes, desapariciones y amenazas de muerte se han sumado en la última década. Tan sólo en 2011, la organización Artículo 19 contabilizó 172 casos de amenazas y agravios contra comunicadores.

Matar a periodistas, sostuvo María Scherer, es silenciar a la sociedad. No sólo se afecta a un gremio o un medio específico, sino se violenta el derecho a la información de todos los mexicanos, uno de los elementos sustanciales de cualquier régimen que aspira a ser democrático. La peor ley de la censura es el silenciamiento por la vía del asesinato. Y a ese hecho se suma la falta de justicia y de esclarecimiento de cada uno de los crímenes.