Opinión
Ver día anteriorDomingo 29 de abril de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Jirafas y libros en Santa María
S

iempre es gratificante darse una vuelta por la colonia Santa María la Ribera. Hoy estamos aquí para visitar la Feria del Libro del Kiosko Morisco, que hoy concluye, así es que apúrese a venir.

Está dedicada a Salvador Díaz Mirón y a Mario Benedetti y es parte de los festejos por el 150 aniversario de la colonia. Ya hemos comentado que fue una de las primeras que se crearon a mediados del siglo XIX, cuando se inició el crecimiento de la vieja urbe, que hasta esa fecha sólo abarcaba lo que hoy llamamos Centro Histórico.

Hay varias actividades en el contexto de la feria: conferencias, que se llevan cabo en el Kiosco Morisco, recientemente restaurado, lo que le permite lucir con esplendor sus bellas formas y colorido, que nos remiten al Lejano Oriente. Hoy a las 6 de la tarde participa el colega Pedro Salmerón y a las 7 Víctor Ronquillo. Antes hay concierto, títeres, teatro infantil y danza árabe, que no podían tener foro mejor.

En la organización del acto participa también el Museo Universitario del Chopo. El edificio de hierro, acero y vidrio se construyó en 1904 y era considerado de vanguardia, por utilizar una tecnología recién llegada de Europa, que mezclaba lo útil con lo estético. Entre las novedades destaca que la estructura se deja a la vista, permitiendo ver el esqueleto de hierro y acero, combinado con enormes vidrieras en tonalidades lechosas y verdes, que inundan de luz dorada los amplios espacios.

Lo edificaron un grupo de empresarios como salón de exposiciones pero fue un fracaso económico. La Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes rentó el edificio y lo cedió temporalmente al gobierno de Japón, con el objeto de que instalara su pabellón para la gran exposición industrial y artística, que organizó el gobierno porfirista, para conmemorar el centenario de la Independencia. Una vez concluida, se estableció ahí el Museo de Historia Natural.

Los que no se cuecen al primer hervor, seguramente lo visitaron en su infancia. Al igual que yo deben recordar la sensación de emoción y susto que brindaba el esqueleto de dinosaurio que veíamos inmenso, las vitrinas que mostraban desde los más pequeños insectos: hormigas, cucarachas, arañas, para llegar a una enorme tarántula panzona. Todo ello en un ambiente penumbroso. En 1964 el Museo de Historia Natural se trasladó a Chapultepec y tras unos años en el abandono, en 1975 el edificio se acondicionó para funcionar como un centro promotor del arte, que se distingue por su vocación innovadora y su carácter incluyente y plural.

Recientemente el arquitecto Enrique Norten realizó una intervención que ha sido muy polémica, pero amplió notablemente los espacios de exhibición. Con motivo del centenario de la refundación de la universidad, se publicó un impresionante libro: El Chopo año por año 1975-2010. Su dinámica directora, Alma Rosa Jiménez, explica en la introducción que se trata de una memoria colectiva con dos ejes: una cronología de acontecimientos artísticos y culturales de cada año y una secuencia de testimonios, elaborados por miembros de la comunidad. El aderezo son excelentes fotografías y un atractivo diseño. Aproveche la Feria del Libro para adquirirlo; vale la pena tenerlo, ya que al guardar un pedacito de historia de un edificio icónico, colabora a preservar la memoria histórica de nuestra ciudad.

Como ya nos quedamos en las lonas por comprar tanto libro, vamos a la esquina de la linda Alameda donde se encuentra Las Jirafas y la Mula. Único platillo: quesadillas. No se asusten, no los voy a dejar con hambre: ¡miden 45 centímetros! La enorme tortilla de buen maíz se puede rellenar de una variedad de ingredientes sencillos o combinados: huitlacoche, champiñones, chorizo, papa, picadillo, pastor con queso, rajas con crema y hay las especiales de fajitas, bistec y costilla, con queso o tocino. El acompañamiento: buena cerveza en yarda o agua de sabores. De postre, sólo flanes, pero sabrosos.