Se requiere un minisalario por individuo para dejar esa condición
Miércoles 25 de abril de 2012, p. 41
La inseguridad alimentaria en que viven más de 20 millones de personas en México se terminaría si contaran con un ingreso de un salario mínimo por individuo, lo cual se antoja complicado por la carencia de empleo y porque el país reporta los niveles más elevados de inflación en alimentos, advirtió Rafael Pérez Escamilla, director del Centro para la eliminación de disparidades de salud entre los latinos, de la Universidad Yale, Estados Unidos.
De acuerdo con el reporte más reciente del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre 2008 y 2010 casi 2 millones de personas se sumaron al grupo de población que padece algún grado de inseguridad alimentaria, es decir, niños y/o adultos que se quedan sin comer uno o varios días, y las personas cuya calidad de alimentos depende de su nivel de ingresos, entre otras variables.
En entrevista, el especialista comentó que el tema ha sido motivo de investigación y análisis desde 1995 en Estados Unidos. También se mide en Brasil y Colombia, y en México a partir de 2004. De hecho, la Encuesta Nacional de Salud 2012 incluye, por vez primera, preguntas que permitirán determinar la cantidad de individuos en inseguridad alimentaria.
Los resultados de dicho trabajo se empezarán a conocer en 2013, lo que refleja –dijo– de que las autoridades federales están interesadas en el tema. Se trata, por ahora, de contar con información más específica sobre la magnitud real del problema, explicó.
Otra tarea será resolverlo, lo cual se plantea como un asunto más complejo, pues intervienen factores económicos como costo de los alimentos, servicios básicos y nivel de ingreso de las familias. Otro elemento relevante es la formación académica.
Educación, herramienta para acceder a mejores alimentos
De acuerdo con Pérez Escamilla, los individuos de nivel educativo elevado tienen más oportunidades de acceder a una mejor alimentación. Con ello, el especialista también comentó que algunos estudios vinculan la pobreza con la inseguridad alimentaria, lo cual se cumple en municipios de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, donde hasta dos terceras partes de los habitantes de algunos municipios reportan fuertes problemas de acceso a los alimentos. Situación similar ocurre en la sierra Tarahumara, en el norte de la República.
En otros casos, indicó el especialista, la pobreza no siempre está vinculada a la inseguridad alimentaria, al menos no en un grado de severidad, principalmente por la posibilidad de las personas de asistir a la escuela.
De ahí la importancia de que en una estrategia a largo plazo, las autoridades se planteen la meta de que los ciudadanos puedan acceder a una enseñanza de calidad y después a trabajos con salarios dignos.
Otra parte de la tarea para los tomadores de decisiones tiene que ver con los aumentos en los precios. Difícilmente se podrá garantizar el alimento para todos con situaciones como el aumento en el costo de la tortilla y el resto de los productos de la canasta básica, dijo.