Reciben $800 al mes del Procampo, pero gastan la mitad en traslados
Martes 24 de abril de 2012, p. 29
Si no hay agua ni comida es porque Dios no tiene para darnos
, dicen tarahumaras y tepehuanos mientras quitan las espinas a los nopales que comerán y también darán a las vacas que aún les quedan. Pocos llegan a sus comunidades en la sierra de Durango y Chihuahua para entregarles ayuda solidaria, narra José Cruz Valles, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas.
Explica que en las comunidades indígenas creen más en la ayuda de Dios que en la proporcionada por las instituciones
, pues para recoger en la cabecera municipal los cheques del Procampo por 800 o mil pesos, tienen que gastar la mitad de ese monto y dejar por tres días sus casas, por eso prefieren llevar a cabo los yúngares –ritual entre pagano y religioso– para dar gracias a Dios porque tienen vida y pedirle que llueva para poder cultivar los campos.
En otras comunidades, como en Lagunillas, municipio de Puanas, los campesinos solicitaron préstamos en las cajas populares o solidarias para colocar tubería a lo largo de cinco kilómetros y por 20 mil pesos tener agua durante 40 horas, dice. Para evitar que las vacas pisoteen los tubos, los labriegos vigilan día y noche la instalación. Campesinos e indígenas dicen que la sequía no los va a doblegar, comenta Cruz Valles.
Es muestra de la situación crítica en la que están cientos de familias que dependen de la agricultura y la ganadería, agregan por separado Octavio Jurado Juárez, gerente de la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Agropecuario, y Juan Baez, presidente del sistema producto sorgo.
Jurado Juárez alerta sobre la pérdida de 50 por ciento del hato ganadero en Chihuahua, Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, pues ante la falta de agua y alimento se han exportado y sacrificado las cabezas de ganado.
“Los 34 mil millones de pesos no resolverán el problema de la sequía, dice. Se trata de un monto proveniente de diversos programas que además no pueden sujetarse a la veda electoral, pues urge la construcción de pequeñas obras hidráulicas ya que en el país sólo se capta 4 por ciento de la lluvia.