El problema del bullying es llevado al teatro en la obra Bing bang bully, el musical, que se estrenó el sábado en el Polyfórum Cultural Siqueiros, donde 14 actores dan vida a una historia en la que la agresión marca la adolescencia, primero, y después la vida entera.

La dramaturgia es de Ileana Villarreal, quien escribió una trama aséptica en el léxico, sin las groserías que los chavos de secundaria dicen a diario.

La dirección es de Bernardo Velasco, quien dio un tono acorde con la trama que aborda a un muchacho gandalla que abusa de su compañero en varias formas.

Antes del estreno, en conferencia de prensa, Velasco expresó: “Bing bang bully, el musical nació de un laboratorio que comenzamos en agosto pasado. Hice una audición a 60 actores de varias escuelas de teatro y quedaron estos 14, los mejores profesional, físicamente, porque hay acrobacias. Considero que la música es un complemento esencial de las obras. Por medio de esta puesta me conecto con un sector de la población que me interesa mucho, que es el de los estudiantes de secundaria. El musical es un género adecuado para ellos. La multimedia también; ayuda mucho, ya que los jóvenes son cada vez más visuales.”

En algunas funciones anteriores al estreno, la puesta ha propiciado el diálogo y el intercambio de ideas entre padres e hijos, lo cual en sí es un valor, agregó. “El bullying comienza en la primaria, se acentúa en la secundaria y baja en el bachillerato. Nos centramos en los alumnos de tercero, cuando hay más revuelo de emociones.

Lo del no uso de groserías fue una decisión basada en que no las consideramos necesarias, aunque aceptamos que se usan para lastimar. Hubo recomendaciones de no utilizarlas y así no cancelar la posibilidad de que algunas escuelas nos vean.

Villarreal señaló que en el arte se subliman aspectos y no hace falta la grosería para ofender.

Para la dramaturga, entre los alumnos de secundaria se dan relaciones de poder que trascienden. El bullying expresa la descomposición familiar y social.

Para algunos de los actores el bullying está rodeado de muchas otras formas de violencia, silenciosas y cotidianas. Lo que tratamos de mostrar es la esencia de la adolescencia, por lo que la obra también es para adultos. Algunos de éstos nos han dicho que ellos vivieron eso en la secundaria, por lo que se identificaron con la obra.

Canal de comunicación

Otra idea es que quien agrede encuentra en el agredido algo de sí mismo que no ha aceptado. En esta obra Germán, quien es el malo, se da cuenta de que Javier, el débil, dibuja igual que él. Se identifica, pero no al grado de generar un cambio de actitud. “Germán es el reflejo de las inseguridades. El bullying es contra otros, pero también contra nosotros mismos. Se ha radicalizado porque en la sociedad la violencia se ha radicalizado. Ver descabezados es de ahora y no se daba antes. Hoy podemos hallar un canal de comunicación para reducirlo y atacarlo. Hay que dar la importancia que merece a cada caso, pues no hay problema menor.

“Remediar el bullying implica enfrentarse a uno mismo, aprender a resolver problemas sin cambiarse de escuela o de turno. El chavo que acosa es incapaz de ponerse en los zapatos del otro.”

Las funciones son sábados, 11:30 y 13:30 horas, en el Polyfórum Cultural Siqueiros.