Tenemos libertades gracias a la lucha de la senadora, afirma Ebrard al entregar el sitio
Jueves 19 de abril de 2012, p. 18
La Casa de la Memoria Indómita, que albergará el museo de la desaparición y la represión, fue entregada a la senadora Rosario Ibarra por el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en una ceremonia a la que asistieron madres y otros familiares que por décadas han luchado por recuperar a sus parientes, muchos de ellos víctimas de desaparición forzada durante la guerra sucia, cuando miles de jóvenes luchadores sociales fueron detenidos y nunca más se supo de ellos.
El inmueble de dos pisos, ubicado en el Centro Histórico, en la calle de Regina número 26, será una casa para la libertad y la resistencia
, para no olvidar nunca a los desaparecidos, recalcó Ibarra, presidenta también del Comité Eureka.
La Casa de la Memoria Indómita fue entregada al cumplirse ayer 37 años de la desaparición de Jesús Piedra Ibarra, hijo de la legisladora.
Ebrard recalcó que gracias a la lucha de doña Rosario tenemos libertades. Estamos muy contentos de entregarle este espacio a quienes han estado luchando todo el tiempo, no sólo buscando a los desaparecidos, denunciando los abusos, sino hablando para que nosotros podamos hablar. Fueron perseguidas todo el tiempo por las libertades que hoy tenemos
.
El gobernanrte recordó que aún hay muchos desaparecidos políticos que no aparecieron, y no nos han explicado dónde están, y el Comité Eureka no va a cejar en buscarlos, hasta que no los encontremos y sepamos la verdad de cada uno de ellos. Seres humanos queridos, entrañables, que han sido la causa principal de este comité
.
También estuvieron presentes sobrevivientes de la guerra sucia de la década de los 70 y principios de los 80. Una de ellas, Elda Nevárez, dio testimonio de que está viva gracias a la lucha de Rosario Ibarra y las demás doñas
, como se conoce a las integrantes del Comité Eureka, que no cejaron hasta sacar de cárceles clandestinas a muchos desaparecidos.
Nevárez fue detenida en 1976, cuando tenía 26 años, por pertenecer a una organización guerrillera en Chihuahua. Relató que militares cercaron su casa, dispararon y le exigieron a gritos que se entregara, luego de que mataron a su esposo.
Ella se entregó a cambio de que le permitieran dejar a su hija de dos meses con una vecina. La llevaron a una cárcel clandestina ubicada en el Campo Militar Número Uno, añadió.
Con voz entrecortada, refirió: “por fortuna, algunos de los que fuimos desaparecidos años atrás pudimos salir. Esto no lo podríamos considerar como un beneficio personal. Cualquier vida que se salva es un triunfo, en este caso, poder salir, ver de nuevo la luz del sol y saber que fue por la lucha de ustedes, las madres del Comité Eureka, que arriesgaron su vida. Porque lo hicieron en momentos en que no se podía abrir la boca, menos decir que había desaparecidos y cárceles clandestinas.
“Hubo personas valientes. Ahí estuvo doña Rosario Ibarra, las doñas, que estuvieron pensando no sólo en los hijos de ellas; pensaron en las hijas e hijos de todos, en los desaparecidos, y aquí estamos, muchos salimos. Por su lucha pudimos volver a ver el sol. Muchos compañeros no han podido hacerlo. Cuando yo salí y conocí a doña Lichita, le dije que vi a su hijo en los sótanos del Campo Militar Número Uno, a doña Prisi, le pude decir que vi a su hermano ahí, en los sótanos. Vi a Javier Gaytán. ¿Dónde están?”
Rosario Piedra Ibarra, hija de la legisladora, recordó que el 18 de abril de hace 37 años desapareció su hermano Jesús. Está casa estará para recordar la represión
.
La presidenta del Comité Eureka dijo que es muy alentador contar con esa casa, para que sepan todos lo que ha pasado, que hay desaparecidos, y que los desaparecieron los gobernantes del país. Que esto sirva para que no se vuelva a repetir
.