Mario Molina Cruz(1955-2012) |
Desenterré mi alma Hoy fui a mi tumba Ya bajo la sombra inerte de la muerte Ya libre Mi espíritu de lealtad… |
Bachéna baa ke lhalla Na’ byiá lhao baa kiá Ka llkaklha ba nkuach ba ntekw yel’ guten Kat balhakze yelnbán’ chii kiá Bixhá ka bayane lhallan |
Mario Molina Cruz, uno de los poetas mayores de la lengua zapoteca, originario de Yalálag, Villa Hidalgo, Oaxaca, falleció con la llegada de la primavera, el pasado 21 de marzo. Promotor cultural, creador y difusor de la lengua zapoteca de la sierra, recopiló mitos, tradiciones y leyendas de su pueblo, fue fundador de la Asociación Nacional de Escritores en Lenguas Indígenas, y sobre todo, un sensible observador del Mundo y sus pequeños, innumerables mundos. En “La niña Libertad”, dedicado “a Chiapas” en 1994, escribía: “Rugieron los volcanes del sur/ y la selva entendió el dolor,/ el silencio desbordado/anunciaba la hora lastimera/ incontenible como todo parto”.
Sus principales libros de poesía son Ya’ byalhje xtak yejé/Volcán de Pétalos (1996), Ga ‘bi’yalhan yanhit benhii ke will/ Donde la luz del sol no se pierda (2001) y la antología Ofrenda de palabras/ Luá ke dillé (2004). Como narrador le debemos Xitille Ziku Belé, lhen bene nhálhjew ke Yu’Bzao/Pancho Culebro y los naguales de Tierra Azul (2008), así como La guajolota y sus pupilos: fábulas de fin de siglo (1997) y Los cuentos de Lachibeyid (2003). Como promotor de la literatura indígena, El arcoiris atrapado (1995) y los ensayos de Primeras interpretaciones de simbolismos zapotecos de la Sierra de Juárez de Oaxaca. Fue antologado y estudiado por Carlos Montemayor, Víctor de la Cruz y María de los Ángeles Romero Frizzi. Ojarasca publicó poemas suyos en repetidas ocasiones.
Miguel León Portilla escribiría de él: “Es en verdad un creador. En esto se asemeja al dios que crea un mundo en el que actúan hombres y mujeres. Pero en su obra acude a su propio y rico caudal de vivencias”.