Lunes 2 de abril de 2012, p. 18
La sequía que se vive en algunos estados del país ha sido muy severa, tanto que por lo menos en 50 años no se había presentado una situación igual, aunque podríamos decir que ya salimos de ella
, afirmó Víctor Magaña Rueda, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Explicó que la condición más grave se presentó en 2011 y abarcará parte de este año, pero en menor medida. Los pronósticos climáticos que hemos elaborado ya no indican que sea persistente, y eso tiene que ver con que las condiciones oceánicas que la mantenían han comenzado a cambiar.
El especialista en ciencias atmosféricas indicó que esta situación se presenta en forma recurrente, y el calentamiento global sólo ha hecho que, al parecer, sea de mayor impacto, pero no hay evidencia que pruebe que la hará más frecuente ni severa.
Incluso, apuntó, la actual sequía se puede explicar en términos de variabilidad natural y, por tanto, debimos estar conscientes de que iba a ocurrir.
El déficit de lluvia tiene una explicación en términos naturales, pero es importante aclarar a qué tipo de sequía se hace referencia. Por ejemplo, si es meteorológica se trata de una disminución significativa en las precipitaciones esperadas; es agrícola si la lluvia o el agua que reciben las plantas o cultivos no son suficientes, y la hidrológica ocurre si no hay suficiente líquido para otros fines, como los caudales de los ríos o las presas, señaló.
Que haya una meteorológica puede inducir en una de tipo agrícola, porque depende del manejo que se haga del recurso para esta última actividad, aclaró el especialista.
Es un error medir a la primera de una forma donde se refleje la influencia humana, y en esto tiene mucho que ver el tratamiento del problema. Nos hablan de la existencia de una sequía de gran magnitud y nos ponen imágenes de cultivos secos o vacas muertas, que no reflejan la dimensión de la anomalía, señaló.
Asimismo, apuntó, se debe entender que aridez no es lo mismo que sequía. Hay estados o regiones que son áridas, es decir, llueve muy poco y, por tanto, no se puede esperar que la zona se vuelva verde.
En los años 50 se presentó la peor sequía que duró aproximadamente siete años y tuvo consecuencias en el norte. A finales de los 90 hubo otra en la misma zona, y la más reciente es la de 2011 y sigue vigente, y aunque será relativamente corta ha sido intensa y con impacto importante.