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Megamonumento y 24 esculturas, corroídos por falta de manutención

En el olvido, obras artísticas en Chetumal por $160 millones
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Aspecto de la Megaescultura al Mestizaje Mexicano, de 67 metros de altura, ubicada a 150 metros de la orilla del bulevar Bahía, en Chetumal, Quintana Roo, la cual quedó inconclusa en 2005Foto Javier Chávez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 31 de marzo de 2012, p. 36

Chetumal QR, 30 de marzo. La Megaescultura al Mestizaje Mexicano –obra de Enrique Carbajal González, Sebastián– y el Corredor Escultórico Chactemal –con 24 esculturas donadas por artistas plásticos, entre ellos Vicente Rojo y José Luis Cuevas– se encuentran olvidados, pintarrajeadas e invadidas por la corrosión en la bahía capitalina y sus principales avenidas.

La inversión original para construir una obra cultural y arquitectónica que daría renombre a la capital del estado, comparable con la torre Eiffel y la estatua de la Libertad, fue calculada en 280 millones de pesos, según Marciano Medina Martínez, quien fungió como presidente del Patronato pro Escultura.

Al final se invirtieron 160 millones de pesos, de los cuales 120 fueron para la megaescultura en el gobierno de Joaquín Hendricks (1999-2005), a los que se sumaron 34 millones del gobierno de Félix González Canto (2005-2011) y 6 millones para la colocación de las 24 esculturas.

La Megaescultura al Mestizaje Mexicano, de 67 metros de altura, quedó inconclusa en 2005, cuando Hendricks fue relevado por Félix González Canto, y permanece sobre un islote artificial del mar Caribe, rodeado por la bahía de Chetumal.

Según el proyecto original, la mole de acero, concreto y bronce ubicada a 150 metros de la orilla del bulevar Bahía, contendría un museo, un planetario, acuario, sala de fiestas, restaurante-mirador y área comercial y de exposiciones.

Del bulevar, un sendero conecta con la megaescultura inconclusa. Incluso, la construcción del islote artificial donde se ubica, una base de concreto en pleno mar, fue motivo de polémica, pues la bahía tiene desde 1996 la categoría de santuario del manatí, especie en peligro de extinción.

Según el proyecto original, esta obra del chihuahuense Sebastián contaría con tres elevadores y el mirador principal con telescopios para contemplar la capital del estado, el mar Caribe y parte de territorio beliceño.

Siete años después, la megaescultura está oxidada en su cúspide, como lo advirtió en su momento Doris Minguer Alcocer, quien encabezó el Comité Pro Desarrollo de la Megaescultura.

Mario Castro Basto, secretario de Infraestructura y Transporte, dijo que en este trimestre del año se asignaron 3 millones de pesos para su mantenimiento, con la finalidad de evitar su deterioro.

Anunció que se pretende concesionar la obra. Dijo que hay dos grupos empresariales, entre ellos Carso, de Carlos Slim, que podrían construir a su alrededor una macroplaza turística, un hotel y un centro comercial.

Calculó que para culminar el proyecto sería necesario invertir 500 millones de pesos, pero la diputada local del PRD, Jaqueline Estrada Peña, advirtió que el rescate y culminación de esa obra es un tema muerto para el Legislativo, ya que no se permitirá una nueva inyección de recursos públicos.

Andrés Ruiz Morcillo, titular de Planeación y Desarrollo Regional, dijo que se pretende recuperar la magaescultura instalando un acuario. Se analiza cómo darle mayor valor y atractivo, y cuando lo arranquemos, que haya claridad de lo que se va a presentar, cumpliendo con las manifestaciones de impacto ambiental suficientes, detalló.

Corredor escultórico Chactemal

Fruto del Segundo Encuentro Internacional de Escultura efectuado a finales de 2003, el corredor escultórico Chactemal contiene 24 esculturas donadas por artistas plásticos de cuatro continentes.

La escultura Personaje, de José Luis Cuevas, está tan deteriorada que hasta la placa le fue arrancada y una parte inferior trasera removida. En ese corredor figura la obra Nudo coralino, también de Sebastián, amigo del entonces gobernador priísta Hendricks Díaz.

Pero las obras se han deteriorado por falta de mantenimiento, corroídas y pintarrajeadas sin excepción, sobre todo a lo largo del extenso malecón.