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Ver día anteriorViernes 30 de marzo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Penultimátum

Purificación financiera

P

ara evitar el mal manejo del dinero en su red bancaria, el Vaticano creó hace un año la Autoridad para la Información Financiera (AIF), encargada de vigilar sus transacciones monetarias y combatir el lavado de dinero. Este nuevo organismo es en parte respuesta a las investigaciones realizadas por el gobierno italiano, que permitieron en 2009 incautar 32 millones de dólares depositados en una cuenta del banco de la Iglesia, violando las normas que prohíben el lavado de dinero. Aunque el Vaticano negó tal conducta delictiva, no pudo probar el origen lícito de esos millones. Todo apunta a una operación de blanqueo, posiblemente fruto de actividades criminales.

La AIF tiene entre sus tareas controlar la compraventa de inmuebles y empresas propiedad del Vaticano; vigilar todas las operaciones financieras de la Iglesia; realizar el intercambio automático de información con otros países con la finalidad de evitar el traspaso de dinero mal habido, y además, castigar a quienes cometan delitos económicos dentro del pequeño Estado, con penas de cuatro a 12 años y multas de hasta de 15 mil euros.

El Vaticano y la Iglesia poseen en Italia un sinnúmero de propiedades exentas hasta ahora del pago de impuestos. Muchas de ellas le han servido para especular y realizar operaciones al margen de la ley, fraudulentas. El actual gobierno italiano, que encabeza el presidente Mario Monti, anunció que acabará con la política de exención ante la necesidad de reunir recursos para cubrir el elevado déficit fiscal.

Al poner en marcha la AIF, el Vaticano busca igualmente figurar en la llamada Lista blanca de países que combaten el lavado de dinero y los paraísos fiscales. Respetando las normas para la lucha contra el crimen financiero, la Iglesia será más creíble ante la comunidad internacional y sus fieles, asegura Federico Lombardi, vocero del Vaticano.

Pero las buenas intenciones no bastaron para borrar sospechas, pues el papado dejó impunes escándalos como el que desató la quiebra del Banco Ambrosiano en los años 80 y el asesinato y suicidio de algunos de sus culpables. No extraña por eso que el gobierno de Estados Unidos coloque por primera vez al Vaticano en la lista de países expuestos al riesgo de lavado de dinero, especialmente vinculado al narcotráfico.

Para ponerlo allí se tuvo en cuenta los grandes volúmenes de moneda internacional que pasa por la Santa Sede y que la hacen un potencial centro de purificación financiera; por tener una legislación vulnerable para combatir el blanqueo de capitales e identificar operaciones sospechosas. Y por la forma secreta de manejar sus recursos. Prueba reciente de ello es que el poderoso JP Morgan Chase le canceló al banco del Vaticano su cuenta por la falta de transparencia en sus operaciones.