El titular del CMB considera que había signos de su debacle
Martes 27 de marzo de 2012, p. a15
La carrera de Érik Terrible Morales está al borde del final, consideró José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). La evidencia del fin –agregó– está en la lentitud con la que combatió el sábado ante Danny García, en Houston, donde fue derrotado dos veces: la primera un día antes, durante el pesaje, en el que no dio las reglamentarias 140 libras, por lo que tuvo que pagar una multa de 50 mil dólares para poder pelear; la segunda, sobre el cuadrilátero, donde las piernas no le respondieron al ex campeón.
Dio una pelea brillante, pero aunque se preparó muy bien, el cuerpo no respondió
, dijo Sulaimán. Todo eso revela que las cualidades y habilidades que lo hicieron grande llegaron a su fin
.
Hay muchos signos que ponen de relieve que una carrera no puede continuar, contó Sulaimán, quien relató que desde antes del combate hubo una serie de indicios de que el tijuanense ya no está mentalmente preparado para seguir arriba de la lona.
Estaba triste, hablaba de extrañar a su mujer y sus hijos. Esas son señales
, explicó.
Después del capítulo de la báscula, poco antes de la pelea, El Terrible le llamó por teléfono para disculparse por lo que ocurrió. Le confesó que había hecho demasiado sacrificio para dar el peso, pero ni así lo consiguió, por lo que pensaba no esforzarse más –tal vez de manera innecesaria– para dar las 140 libras.
Le aplaudí su decisión
, relató Sulaimán. En el boxeo no se puede arriesgar la vida o la salud de ese modo, porque el sacrificio habría sido mayor y las consecuencia podían ser dramáticas
, enfatizó.
Si Morales decidiera continuar boxeando sería muy triste, en opinión del titular del CMB, porque terminaría por enfrentar a rivales de dudosa calidad.
“El Terrible regresó para conseguir un cuarto campeonato del mundo en una división diferente y ya lo hizo; ya pasó a la historia con eso”, estimó.
El problema con los grandes boxeadores, según la experiencia del presidente del CMB, es que la mayoría insiste en mantenerse sobre el cuadrilátero, aun cuando sus facultades deportivas empiezan a mermar. Recordó casos como los de José Mantequilla Nápoles, Julio César Chávez y Óscar de la Hoya, quienes en su momento se resistieron al retiro o que volvieron cuando ya no tenían que probar nada.
A veces es el orgullo o la honra lo que los hace no darse cuenta de que es tiempo de retirarse, pero en otras es por dinero
, precisó. Y no se percatan de que justamente el dinero los lleva al fracaso
.