El flujo de migrantes centroamericanos retenidos y devueltos a sus lugares de origen por México ha ido disminuyendo de manera paulatina durante los pasados cinco años. Entre 2005 y 2011, las reducción acumulada fue de 72 por ciento, ya que los eventos de devolución pasaron de 223 mil a 64 mil, sostiene un análisis de Salvador Berumen Sandoval del Centro de Estudios Migratorios del Instituto Nacional de Migración (INM).

En la frontera sur de México se registran en la actualidad un conjunto de actividades no deseadas como el tráfico de migrantes, la trata de personas, la tala clandestina y el trasiego de drogas y otras mercancías ilícitas que producen un doble sistema de movimientos que hacen compleja su atención, ya que por un lado la movilidad transfronteriza de personas y mercancías contribuye al desarrollo regional, pero las actividades ilícitas generan efectos negativos en la seguridad pública nacional y en el propio desarrollo nacional advierte.

Berumen Sandoval sostiene que la migración centroamericana de tránsito irregular por México mostró una tendencia creciente entre 1995 y 2005, pero posteriormente se reduce a partir de 2006 y se estabiliza cuatro años después.

Estima que por la frontera sur de México se produjeron anualmente 1.9 millones de entradas de extranjeros en promedio, entre 2007 y 2010, esto sin incluir los movimientos locales entre las riberas del río Suchiate. De estos eventos, 83 por ciento fueron entradas documentadas como visitantes locales, turistas, trabajadores fronterizos u otros tipos registrados por el INM.

Se estima que el otro 17 por ciento son entradas irregulares de migrantes centroamericanos que se dirigen a Estados Unidos. Explica que el proceso de migración centroamericana de tránsito irregular por el territorio nacional con el propósito de llegar a Estados Unidos, se acentuó desde mediados de la década de los años 80 del siglo pasado, a consecuencia de la agudización de los conflictos armados en Centroamérica.

El incremento de estos flujos continuó en los años 90 y posteriores con algunas variaciones hasta llegar a un máximo histórico en 2005, que registró casi medio millón de personas en un año, no obstante de haberse firmados sus acuerdos de paz y de finalizar la guerra civil en El Salvador y Guatemala en 1992 y 1996, respectivamente.

Menciona también que los migrantes provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua constituyen cerca de 95 por ciento del total de los alojados en las estaciones migratorias del INM.