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Su reclusión en Kansas no obliga a que el proceso sea allí: Departamento de Estado

Se abre posibilidad de que soldado de EU sea juzgado en Afganistán por 16 asesinatos

El presidente Karzai demanda a Washington que Bales sea llevado al país invadido

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Docenas de estudiantes se manifestaron ayer en la ciudad de Jalalabad contra la presencia de tropas estadunidenses y el asesinato de civiles por un militar estadunidenseFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de marzo de 2012, p. 22

Washington, 17 de marzo. El Departamento de Defensa informó este sábado que la reclusión del sargento Robert Bales en una prisión militar de Kansas, por su probable responsabilidad en la matanza de 16 afganos hace seis días, no implica necesariamente que el soldado vaya a ser juzgado en Estados Unidos.

Bales fue sacado de Afganistán el viernes y trasladado a una prisión de máxima seguridad en Fort Leavenworth, a pesar de que el gobierno afgano manifestó su deseo por que fuera juzgado en el país centroasiático y de las protestas populares contra los excesos de los militares estadunidenses y, en general, por la presencia de soldados extranjeros adscritos a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que llevan aquí una década como potencia ocupante.

Los militares estadunidenses en Afganistán e Irak tienen inmunidad ante las leyes penales de los países invadidos, pero Karzai no sólo pidió a Washington que Bales permaneciera en el país ocupado, sino además criticó al Pentágono por no hacer lo suficiente en el proceso de investigación de la matanza.

Además de la revelación del nombre del presunto multihomicida, el Pentágono, familiares, vecinos, ex compañeros y abogados de Bales se han ocupado en horas recientes de trazar una semblanza del soldado llena de contrastes.

El sargento fue reclutado en 2001 para participar en las dos guerras que ha emprendido Washington en la última década, para responder a los atentados en Nueva York y Washington, a cargo de organizaciones armadas islamitas, con Al Qaeda entre ellas. Bales fue enviado a Irak a tres campañas militares y en su primer traslado a Afganistán –coincidente con la reducción de tropas en territorio iraquí y la reubicación de una parte en cuarteles estadunidenses en Asia– cometió el crimen que, de acuerdo con las leyes estadunidenses, podrían llevarle a la pena de muerte.

Familiares de Bales, quien radicaba en el estado noroccidental de Washington y estaba asignado a la tercera brigada de la segunda división de infantería, se declararon totalmente desconcertados con lo ocurrido y lo describieron como una persona de carácter suave, que nunca se expresaba mal de los musulmanes o de los pueblos árabes.

El abogado civil del sargento, John Henry Browne, negó que Bales tuviera problemas en casa, con su esposa o sus dos hijos. Dijo además que su expediente no contiene antecedentes sobre comportamiento inapropiado. Tenía varios reconocimientos por sus acciones en combate. Sin embargo, señaló que la noche del viernes 9 al sábado un soldado de las fuerzas especiales en Kandahar fue herido y varios de sus compañeros se afligieron por ello.

Reportes de la prensa estadunidense indican que el cuartel Lewis-McChord, cerca de la ciudad de Seattle, es uno de los centros militares estadunidenses donde se registra una cantidad notable de irregularidades e indisciplinas.