Corona Music Fest: inseguridad sin regulación
oscientos sesenta lesionados (10 con heridas de arma punzocortante) y tres hospitalizados (entre ellos, una joven presuntamente violada) es el saldo que dejó el quinto concierto de la gira Corona Music Fest en el Ecocentro Expositor, en El Marqués, Querétaro, el pasado sábado 10, donde actuaron La Gusana Ciega, Plastilina Mosh, el Gran Silencio, Bostich & Fussible (Nortec), entre otros, a punta de vasos con piedras como proyectiles y golpizas sin control, atribuidos al sobrecupo: esperaban 20 mil y permitieron entrar a 40 mil, entre otras irregularidades.
Irresponsabilidad compartida
Según el informe del gobierno de Querétaro, http://bit.ly/ylzvG7, la Unidad Estatal de Protección Civil local se enteró del concierto a través de los medios
, pues en ningún momento fue notificada de la realización del evento ni solicitó apoyo a las autoridades del municipio de El Marqués
. Sin embargo, el mismo boletín dice que al enviar personal de última hora a verificar condiciones y emitir recomendaciones, se toparon con que los organizadores sí cumplían con los trámites de licencias y permisos, en tiempo y forma
. ¿Cómo pudieron otorgar permisos y al mismo tiempo no estar enterados del acto? ¿Es cómplice el gobierno de Querétaro?
La escasa seguridad (de la empresa privada OEP) fue de 300 individuos (http://bit.ly/yirgmB), más siete elementos, cinco ambulancias, 16 paramédicos y una unidad de bomberos
, agrega el boletín.
El comunicado, diversos medios, y el mismo público, han culpado a los asistentes. La Unidad Estatal les atribuye haber bebido alcohol en exceso; otros defienden a la organización, en manos de Ocesa-SeiTrack, particularmente de Javier Montemayor, pues al convocar a tanta gente, lo ven como exitoso
. Sin embargo, no hay más responsables del desastre, que pudo pasar a mayores, que sus organizadores.
Los hechos, relatados por Aleán Ortega Córdova, asistente al concierto, son éstos. Las entradas, vía brazalete, se regalan en las tiendas Extra a cambio de un six de cerveza Corona de lata. No hay mayor revisión que alzarse la camisa
; no revisan bolsas ni tobillos; a las mujeres, nada. No se pide identificación, así que venden alcohol a menores de edad: “estaba lleno de chavitos de 14 y 15 años; le daban cerveza a quien pagara (…). Había pocas personas de seguridad bajo el escenario, pero en el área del público, ninguna”. Relató haber visto golpear entre varios a un chico sin que nadie lo auxiliara. Tampoco había vallas; estaba todo pelón.
Ahí ya se habían hecho muchos masivos; se ha tenido más público en otras entidades, y no siempre pasa esto. Simplemente no fue un acto profesional. Una buena organización prevé el peor de los escenarios: fija un tope al número de asistentes, revisa bien que no se porten armas, pide identificación que certifique mayoría de edad, no vende alcohol a menores, se muestra firme, detiene y saca de inmediato a los primeros que muestren mal comportamiento: si dejan pasar un acto vandálico, la gente ve autoridad nula y va repitiendo la violencia (una seguridad que impone, sin necesidad de golpear, modera el desenfreno); tiene elementos que vigilan la integridad de los asistentes; instala vallas que impidan el aplastamiento y controlen accesos y salidas.
La avaricia de las marcas
Muchas marcas prefieren auspiciar festivales para posicionarse
entre nuevos consumidores, pues les sale más barato que hacer una gran campaña, o casi igual, con la diferencia de que hacer conciertos les es más efectivo, pues se dirigen con precisión a su público meta, con el gancho de la música. La avaricia en aras de que los chicos consuman su cerveza queda por encima de su seguridad, y permite acceso sin límites. Es grave e irresponsable que los insten a emborracharse y luego los abandonen a su suerte. Abuso sin control de organizadores solapados, donde los jóvenes son ninguneados, sin autoridades interesadas que intervengan.
La gira Corona Music Fest tiene actos por venir de marzo a junio (Ecatepec, Guadalajara, Guanajuato, Zacatecas, San Luis Potosí). ¿Qué garantías ofrecen? Porque asistentes al de Puebla (marzo 3) cuentan que también fue caótico. SeiTrack no ha dado explicaciones ni ofrecido disculpas. En la cuenta de Twitter @CoronaMusicFest, una asistente (Denise Garay) preguntó: si les muestro mis puntos y chipotes, ¿me dan un póster autografiado?
y contestaron cínicos: Seguimos muy tristes por lo que pasó. Pero te apartamos uno, ¿va?
No han dicho más que sentirse tristes
: http://bit.ly/wxSU8U
La comunidad musical, utilizada para efectuar estos atropellos, exige y merece una explicación digna y garantías de seguridad. Mientras, este espacio insta a no acudir a dicha gira, que sólo vela por las carteras de los asistentes, y no por su integridad básica.
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