Andrés Manuel López Obrador y René Drucker Colín, propuesto por el candidato presidencial para encabezar la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, de ganar los comicios de julio próximo, lamentaron el severo rezago que existe en la materia.

Particularmente, el científico habló de una caída en el presupuesto en el actual sexenio, que calificó de un error, porque sin ciencia no hay desarrollo posible, habrá subdesarrollo.

Tras encabezar una reunión privada con alrededor de 40 científicos y académicos de alto nivel de diversas instituciones públicas de educación superior, adelantaron –en conferencia de prensa– parte del proyecto que empujaría esa dependencia, que incluye elevar el gasto para el sector, de 30 mil millones a 100 millones de pesos en seis años; frenar la fuga de cerebros, incrementar la infraestructura en universidades públicas, crear nuevos centros de investigación para apuntalar el desarrollo científico y con ello el del país, así como impulsar la creación de pequeñas y medianas empresas de innovación.

López Obrador resaltó la importancia de impulsar la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación para dejar atrás el rezago en estas áreas, e impulsar los proyectos que tiene pensados para México, como es modernizar el sector energético, crear cinco refinerías en el país o lograr la soberanía alimentaria.

Las proyecciones hablan de que van a escasear los alimentos en el mundo, y por lo mismo van a costar más, mientras nosotros, por las absurdas políticas públicas que se están aplicando, estamos comprando alimentos en el extranjero.

Sin embargo, reconoció que para producir más en el campo se requiere de la ciencia y la tecnología. En este caso, la biotecnología es fundamental y por eso el apoyo a la ciencia.

Drucker Colín abundó en lo tratado en el encuentro, al cual acudieron, entre otros, el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Arturo Menchaca, y su próximo sucesor, José Franco; el astrónomo Manuel Peimbert; los directores de la Facultad de Ciencias y del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, Rosaura Ruiz y Alejandro Frank, respectivamente; Octavio Rodríguez Araujo, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, así como Rafael Loyola, del Instituto de Investigaciones Sociales, y Javier Velázquez, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Iztapalapa, entre otros científicos y académicos de la máxima casa de estudios, el Instituto Politécnico Nacional y más.

Señaló que lo sucedido ayer en el World Trade Center es realmente histórico en este país, porque ningún candidato presidencial se había reunido con la comunidad para plantear la importancia de la ciencia y la tecnología. Vemos con mucho gusto que en este candidato de las izquierdas tenemos un interés por que la ciencia se vuelva central en las políticas públicas, porque es la estrategia que va a permitir que realmente el país se desarrolle y sea competitivo, que pueda generar empleos y tenga una economía más fuerte.

El científico manifestó que en la reunión se discutieron los puntos más importantes del proyecto de López Obrador. En primer lugar, la propia creación de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, y la estrategia de cómo ir aplicando los recursos para apoyar la actividad científica. Habló de desarrollar campos estratégicos para la nación, como energías renovables, biotecnología marina y biotecnología agropecuaria.

También, frenar la fuga de cerebros a partir de tener para el primer trienio, por lo menos, 30 mil científicos en el Sistema Nacional de Investigadores; hoy día apenas tenemos 18 mil, y al final del sexenio pretendemos contar con más de 50 mil. Eso quiere decir que se requerirán espacios en las universidades públicas y en los centros públicos de investigación, mismos que se pretendería crear a lo largo del próximo sexenio, uno por año. Se buscará además impulsar pequeñas y medianas empresas de innovación.

René Drucker, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, manifestó que en cuanto a los recursos, la propuesta es llegar paulatinamente al uno por ciento del producto interno bruto (PIB), dividido en dos trienios. En el primero, alcanzar 0.75 por ciento, y el resto en el segundo. Así se llegaría a los aproximadamente 100 mil millones de pesos que se plantean.