Lastrado por un bajo desempeño de la economía, el crecimiento del crédito en México y algunas naciones de Centroamérica será el más bajo de América Latina este año, anticipó la calificadora Fitch. Un crecimiento en préstamos más moderado, junto con algunas expectativas de deterioro de la cartera de préstamos podrá reducir las ganancias del sector, mientras el ambiente de bajas tasas de interés no ayudará en términos de margen de utilidad para las instituciones financieras, consideró la firma financiera.

El crédito de la banca comercial a empresas y personas aumentó en 2011 a una tasa de 16 por ciento, de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México (ABM). El financiamiento destinado particularmente al consumo –tarjetas de crédito, préstamos personales y de nómina– llegó al cierre del año pasado a 493 mil millones de pesos, cifra que reflejó un incremento de 24 por ciento anual, tasa que prácticamente multiplicó por seis la de avance del producto interno bruto, que fue de 3.9 por ciento en ese periodo.

En la región latinoamericana, Centroamérica, excluido Panamá, y México serán las áreas donde el crecimiento de préstamos será más modesto en 2012, anticipó Fitch. México y El Salvador se han mantenido y posiblemente se mantengan con niveles de actividad económica inferiores, lo cual delineará la demanda de préstamos en dichos países, consideró la calificadora.

Para México, el crecimiento de los préstamos bancarios, según Fitch, es todavía moderado y se espera que se mantenga así, dada la elevada correlación que existe entre la demanda de créditos y el nivel de crecimiento económico, el cual también se moverá tímidamente a corto plazo.

El crédito de la banca privada al consumo es el que registra actualmente la mayor tasa de crecimiento anual, en torno a 25 por ciento, después de haber mostrado variaciones negativas entre finales de 2008 y mediados de 2010, a consecuencia del ajuste provocado por la crisis económica.

La participación de los préstamos de la banca a individuos ha disminuido desde su pico en 2008, debido al drástico deterioro de la cartera de tarjetas de crédito y a una posición más conservadora de los bancos con relación a este tipo de crédito, apuntó Fitch.

Esa reducción se ha potenciado por el aumento en la participación de préstamos a empresas y entidades de gobierno descentralizado (estados y municipios), segmentos en los cuales Fitch espera aumentos en la morosidad a corto plazo, mencionó la calificadora.