Barcelona, 7 de marzo. ¿Faltaba una prueba de que Lionel Messi es un fuera de serie? Hoy lo dejó claro. El crack argentino está en el camino de la consagración y de ser recordado por momentos de futbol delirantes, como el que vivió este miércoles, en el que anotó cinco goles, un hecho inédito en la historia de la Liga de Campeones. Con esa aportación, el Barcelona se clasificó a los cuartos de final con una escandalosa goleada 7-1 al Bayer Leverkusen.

El equipo azulgrana se presentó con una ventaja 3-1 lograda en la ida, pero quiso dar una satisfacción más a su hinchada y de paso enviar un mensaje temible a sus rivales en Europa. Con Messi a la cabeza.

El partido comenzó anodino, tal y como se esperaba. Es lo que sucede cuando un equipo lleva una ventaja tan amplia y el otro conjunto es consciente de su inferioridad. El Bayer Leverkusen intentó jugar algo más adelantado que en la ida, pero sin alardes.

En cambio, el Barcelona parecía que buscaba ralentizar el choque. Con la victoria segura no era necesario el esfuerzo, y trató de no pasar agobios, sólo estar atento a cualquier oportunidad de contraataque para romper el encuentro y provocar el desánimo visitante.

Le bastó con poco al Barcelona para generar las primeras ocasiones. Xavi lanzó un gran contraataque y el balón llegó a Messi, quien definió con un sutil toque elevado. Por si quedaba alguna duda, el Barcelona se apresuró a cerrar la eliminatoria.

El partido siguió cansino, con poco ritmo, aunque siempre dio la sensación de que el segundo gol local podía llegar en cualquier momento, ya sea por el virtuosismo de sus atacantes o por las facilidades que daban los defensas visitantes.

A partir de aquí la única cuestión que quedó por resolver fue por cuántos goles ganaría el Barcelona y cuántos tantos marcaría Messi. El argentino amplió la ventaja a tres minutos del descanso, cuando marcó su segundo tanto al completar un pase de Andrés Iniesta.

El final de la primera parte llegó entre el clamor del Camp Nou, entregado al ídolo argentino, mientras el Bayer Leverkusen rezaba para evitar un estropicio de dimensiones épicas. Sus plegarias fueron infructuosas.

La segunda parte fue una exhibición de los locales y una pesadilla para los visitantes, que no hicieron otra cosa que perseguir sombras. El Barcelona necesitaba una noche así y la disfrutó.

Messi amplió su cuenta a los 49 minutos con otro suave lanzamiento elevado por encima del arquero. La novedad estuvo en que lo hizo con la pierna derecha.

Josep Guardiola dio por finiquitado el partido y sacó a Iniesta y Xavi, jugadores castigados por las lesiones musculares, situando al joven Tello y a Keita. Precisamente, el canterano amplió la cuenta a los 54 minutos.

Ante la avalancha de goles, Messi no quiso descansar y alcanzó los cuatro goles a los 58 minutos, al aprovechar el enésimo regalo de la defensa del Bayer. Tres minutos después, Tello añadió otro más a la escandalosa goleada tras error de Leno.

Messi, voraz hasta el último minuto, hizo su quinto tanto en el tramo final, algo inédito en la historia de la Liga de Campeones, pues nadie antes había logrado tal cifra.

“Siempre podré decir que yo entrené a Lio, el trono le pertenece y sólo él decidirá cuando dejarlo. Hoy hemos visto una de las noches más especiales de Messi, es un regalo”, dijo Guardiola.

Messi merece ya un homenaje, porque es increíble que esté a siete goles de César (Rodríguez, quien es el máximo goleador en la historia culé, con 235 tantos) con sólo 24 años”, elogió el timonel blaugrana.

Bellarabi hizo el gol del equipo alemán en el minuto final, que no le salvó del ridículo.

En otro duelo, el equipo sorpresa de esta etapa fue el chipriota Apoel Nicosia, que se convirtió este miércoles en el cuarto equipo que clasificó a los cuartos de final de la Liga de Campeones al derrotar por 1-0 al francés Olympique Lyon.

Mientras tanto, el Barcelona envió un mensaje de autoridad a Europa y, de paso, Messi aprovechó la cita para seguir sumando récords. ¿Dónde está su límite? Aún queda mucho Messi por delante.