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Pensar todo de nuevo
E

mpieza esta mañana, en la UAM-Xochimilco, el coloquio de tres días Hacia la construcción de un nuevo paradigma social. Será un llamado a ponernos al día, dentro y fuera de la academia, para pensar y experimentar los desafíos actuales.

Puede llamarse posmodernidad lo que se discutirá en el coloquio si empleamos la palabra en el sentido que le da Wolfgang Dietrich: Posmodernidad describe el estado de pensamiento de una o varias generaciones que han tenido que desprenderse penosamente de las grandes verdades de la época previa, sin haber encontrado para sí mismas un nuevo sistema unitario de referencia. Este estado puede ser descrito por la palabra des-ilusión. La gente se ha hecho consciente de la relatividad de las verdades en cuya absoluta validez solía creer. Esta condición llevaría a una pérdida de valores y orientación, o bien a la aceptación novedosa de que no puede haber una sola verdad.

Si modernidad, agrega Dietrich, “se entiende como el proyecto social caracterizado por la física de Newton, el reduccionismo cartesiano, el Estado-nación de Thomas Hobbes, y el sistema capitalista mundial, posmodernidad no se refiere a una época posterior, equipada con un nuevo paradigma de eficacia comparable y con una pretensión de veracidad semejante… Posmodernidad sería una fase de des-ilusión de la propia modernidad, en la cual las personas dudan cada vez más de la verdad universal de este paradigma” como un logro intelectual y social basado en la experiencia cotidiana, más que en la labor académica. (A call for many peaces, www.aspr.ac.at/publications/wp7_97.pdf)

De esto se ocupa el coloquio. Busca forjar un nuevo paradigma que permita combatir esa pérdida de valores y de orientación que cunde por la pérdida del anterior. Ante el sentimiento de inseguridad que se generaliza, las ciencias sociales intentan elaborar conceptos apropiados para interpretar y modificar la realidad social actual.

Tras examinar las múltiples crisis del sistema capitalista, David Barkin, Manolo Callahan, Patrick Cuninghame, Enrique Dussel, Josef Estermann, León Olivé, Luisa Paré, Jean Robert, Víctor Toledo, Sergio Zermeño y una larga lista (que me incluye) discutirán, desde muy diversas posiciones, cómo se están construyendo las nuevas maneras de ver, entender y experimentar la realidad.

Aparecerá probablemente la disputa de nombres. ¿Cómo llamar al mundo posterior al neoliberalismo? ¿Qué clase de régimen prevalece ahora? ¿Qué se está construyendo? ¿A qué se refieren los experimentos de socialismo del siglo XXI o los del buen vivir?

Con la expresión capitalismo corporativo, muchos capitalistas y sus ideólogos intentan cooptar las críticas generalizadas a las políticas y comportamientos que condujeron a las crisis actuales. Según ellos, bastaría reintroducir algunas regulaciones y combatir el gigantismo corporativo para que todo funcionara bien.

The Economist, uno de los más inteligentes y mejor documentados intelectuales orgánicos del capitalismo, sigue otra estrategia. El 21 de enero publicó un informe especial: El surgimiento del capitalismo de Estado: el nuevo modelo mundial emergente. Según el informe, la crisis del capitalismo liberal occidental se ha agravado por el surgimiento de una alternativa potente que mezcla las capacidades del Estado con las del capitalismo. El informe reconoce que la intervención estatal ha acompañado al capitalismo desde sus comienzos, pero nunca había operado en escala semejante y con herramientas tan sofisticadas. Brasil, China y Rusia son los países que utiliza como ejemplo del nuevo modelo.

En su análisis, The Economist ignora la tradición intelectual que llamó capitalismo de Estado a la experiencia de los países del socialismo real. Ignora también el papel fundamental que el Estado sigue cumpliendo para el capitalismo liberal occidental, como se demuestra en la crisis actual. En realidad, podría usarse el término capitalismo de Estado para designar el estilo prevaleciente en todas partes tras el fracaso del neoliberalismo, con las precisiones del caso y mostrando el contraste entre los más liberales y los más estatalistas. Desde la izquierda y la derecha se quiere presentar este estilo como el nuevo paradigma, que disimularía la rapiña capitalista que se ha hecho peligrosamente evidente.

El coloquio será un espacio de reflexión crítica sobre los avances más significativos en paradigmas alternativos a los dominantes en la academia mexicana. Algunos participantes probablemente se preguntarán si estamos o no en una de las épocas de revolución social que según Marx aparecen cuando el nivel alcanzado por las fuerzas productivas está en contradicción insalvable con las relaciones de producción. Y el coloquio tendrá que discutir la cuestión del Estado, que muchos quieren ver como mero instrumento de sus planes políticos en la coyuntura actual, conforme al paradigma en agonía, mientras otros rechazan todo instrumentalismo del Estado y construyen desde abajo una alternativa.