El voto en el extranjero
n enero pasado concluyó el periodo para que los mexicanos residentes en el extranjero se inscribieran en el padrón electoral para votar. Aunque la cifra de solicitantes aumentó en 50 por ciento, es desconcertante que un número tan reducido de votantes haya manifestado su deseo de participar en las elecciones, después de los esfuerzos realizados para lograr que en el Congreso se aprobara el voto en el extranjero. Poco más de 60 mil mexicanos solicitaron su inscripción en dicho padrón, de los cuales 45 mil viven en Estados Unidos. Una estimación realizada por el IFE con base en información censal determinó que en 2006 vivían en EU aproximadamente 4 millones de ciudadanos mexicanos que contaban con credencial de elector. Es difícil saber a ciencia cierta qué tan precisa era esa estimación, pero en el supuesto de que fuera real y no se haya modificado sustancialmente, y tomando en cuenta que se estima que entre 8 y 10 millones de mexicanos viven en EU, el número de solicitudes recibidas este año es sorprendentemente bajo.
La abstención adquiere más relevancia si consideramos que en la pasada elección el actual presidente obtuvo el triunfo por sólo 244 mil votos de diferencia, según el cómputo oficial del IFE. En otras palabras, habría que preguntar la forma en que hubieran influido los electores que residen en la concentración más grande de mexicanos fuera del país, de haber cumplido con su obligación de votar.
Hay más de un factor que determina que un gran número de mexicanos no ejercen el derecho de participar en el proceso político más importante de su país, y probablemente hay más de una explicación de ello. Por un lado, se argumenta que la apatía y el desinterés por lo que sucede en el país es motivo de la abstención. Por el otro, se insiste en que los impedimentos instrumentales y legales son los que obstaculizan la participación electoral de quienes viven fuera del país.
Entre algunos sectores de la comunidad mexicana que reside en EU hay cierta inconformidad porque no se han tomado en cuenta sus reclamos para que se amplíen los mecanismos que les permitan participar en el proceso electoral de su país, más aún porque anualmente envían 20 mil millones de dólares en promedio. El asunto es polémico y por ello es necesario conocer las razones de fondo que existen en ese reclamo y en los impedimentos reales para satisfacer las aspiraciones de quienes los hacen. En las semanas previas a las elecciones, vale la pena explorar esas razones y conocer los argumentos de quienes en uno y otro lados se esfuerzan por ampliar la participación del mayor número de mexicanos en el proceso electoral, independientemente de su lugar de residencia.