El abanderado del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto, rechazó responder a la panista Josefina Vázquez Mota cuando dijo ver a un partido cuyos miembros suman mil 500 años de cárcel. Las campañas, planteó el priísta, marcarán el perfil de los candidatos y la sociedad verá a quienes dediquen su tiempo a los señalamientos y las descalificaciones, y a los que nos ocuparemos de darles propuestas.

El tiempo de veda electoral argumentó, obliga a respetar la legislación, pero ya la campaña dará espacio para distinguir el comportamiento de cada aspirante presidencial.

Para el mexiquense, además, las heridas y agravios del proceso electoral del 2006, no están totalmente sanados y por ello, a partir del 30 de marzo buscará la cohesión de la sociedad, conciliar intereses, contrastar propuestas y no caer en un circo de dimes y diretes entre los candidatos.

Al presentarse ante el Laboratorio político 2012 organizado por la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública (Amai) y donde también participaron (por separado) Andrés Manuel López Obrador y Vázquez Mota, Peña Nieto afirmó: el cambio dentro del régimen político no ha sido suficiente ni ha propiciado el cambio en la calidad de vida de los mexicanos.

Más tarde, en conferencia de prensa confirmó tener invitación para reunirse el próximo 5 de marzo con el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Respecto de las declaraciones de Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior estadunidense, quien en referencia a Joaquín Guzmán Loera habló del destino de los delincuentes, dijo tener plena coincidencia con la funcionaria, pero subrayó la tarea irrenunciable del Estado mexicano de combatir el crimen organizado con gran intensidad.

Cuando el PRI se apresta a definir hoy mismo sus listas de candidatos plurinominales a diputados y senadores, Enrique Peña aseguró no tener participación en las mismas.

Dijo aspirar también a la realización de un trabajo serio y responsable por parte de las empresas encuestadoras.

Resaltó el ejercicio de las encuestas para consolidar el sistema democrático mexicano. Debe gobernarse con las encuestas y no para las encuestas; ser una herramienta para la toma de decisiones, aunque éstas eventualmente no resulten tan populares.