Un roce le cortó una ceja al venezolano Jorge Linares una semana antes de disputar el título vacante de los pesos ligeros. Era un combate de entrenamiento ante el filipino Manny Pacquiao. Linares piensa que ese accidente influyó en la derrota de la noche del 16 de octubre de 2011 en Los Ángeles, cegado por la sangre que manaba de una herida sobre el ojo derecho y con la nariz rota. El cinto fue para el mexicano Antonio DeMarco.

Linares tiene una nueva oportunidad de volver al camino de los campeonatos si consigue vencer al mexicano Sergio Thompson en la eliminatoria por el título del Consejo Mundial de Boxeo. Ahora está recuperado completamente, con las cejas cicatrizadas y la certeza de que es mejor boxeador gracias a las enseñanzas de su entrenador, Freddy Roach –el mismo que maneja a Pacquiao–, dijo durante el anuncio de esa pelea, que se celebrará el 31 de marzo en Cancún.

Mi principal meta es pedir la revancha a DeMarco, confesó. Me queda esa espina, porque esa pelea se me salió de las manos por las cortadas que me hizo.

Aunque antes debe vencer a Thompson, Linares sólo piensa en volver a medirse ante DeMarco; el recuerdo de aquella pelea no deja de aparecer en su conversación.

Es que hubo detalles que no me gustaron, insistió. El réferi no pidió tiempo para que me limpiaran la cara; llegó un momento en que la sangre ya no me dejó ver nada y me estaba ahogando con la que salía de mi nariz.

Le dolió esa derrota, porque considera que tenía ventaja clara sobre DeMarco y porque las heridas arruinaron una intensa preparación. Había estado concentrado en Colorado y Filipinas, con la ayuda de Roach y Pacquiao.

Sé que puedo dar mucho más, estimó. Con Thompson no subiré cortado; no me importa la sangre, son riesgos en el boxeo, pero esta vez no creo que pase.

No es la primera vez que una sorpresa estropea sus cálculos. En 2009 otro mexicano, Juan Carlos Salgado, llegó como un desconocido retador que enfrentaría a Linares, campeón superpluma de la Asociación Mundial de Boxeo. Un potente golpe de zurda lo noqueó de forma espectacular y le tiró aquella corona.

Eso ya quedó en el pasado, me recuperé de esa derrota y pienso que puedo dar todavía más, dijo. He madurado mucho y hoy sé que no hace falta ser bueno para ser peligroso y a veces un novato puede hacerte pasar la peor de tus noches; yo lo he vivido.

Linares llegará al combate eliminatorio con el prestigio del boxeador que ya ha portado un cinturón de monarca. Sergio Thompson será el peleador que tiene su primera opción de acercarse a una batalla de título mundial. Sé que es mi primera oportunidad y lo único que tengo en mente es que no la voy a desaprovechar, recalcó el oriundo de Chetumal.