Martes 28 de febrero de 2012, p. 2
Hannover. Veneradas como antiarrugas, pero acusadas de congelar el gesto, las inyecciones de bótox podrían no obstante ayudar a sonreír de nuevo si, como sugirió hoy una investigación germano-suiza publicada en Journal of Psychiatric Research, la sustancia actúa contra la depresión. Investigadores de Hannover y Basilea descubrieron esta conexión en un estudio sobre 30 personas víctimas de depresión y sin reacción al tratamiento habitual. La mitad de los pacientes recibió inyecciones en la frente de la toxina botulina (bótox) y la otra mitad sólo con un suero inocuo. La facultad de Medicina de Hannover informó hoy que, dos semanas después, el grupo tratado con bótox remitió en la depresión. El grueso de los síntomas se redujo 60 por ciento tras seis semanas de tratamiento y, al final del experimento, tras 16 semanas, el grupo anotó aún más mejoras. La toxina botulina podría suponer un nuevo paso en el tratamiento contra la depresión
, dijo el profesor Tillmann Krüger, de la Clínica Universitaria MHH de Siquiatría, Socialsiquiatría y Fisioterapia. Advirtió, sin embargo, que antes de que pudiera extenderse su uso deberá aclararse bajo qué condiciones.