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Ayer se dio a conocer el Anuario 2011 de esta casa editorial en la FILPM

“Quienes día a día hacemos La Jornada no escribimos para lectores pasivos”

Proponemos que este ejemplar sea una herramienta para reinventar nuestro futuro: Mateos-Vega

Foto
Los periodistas Mónica Mateos-Vega y Gonzalo Rocha, en la presentación del Anuario 2011 de La Jornada Foto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de febrero de 2012, p. 3

Plazas públicas como escenarios de luchas sociales y de revuelta fue la constante de 2011. La Primavera árabe, el movimiento de los Indignados en España, las protestas estudiantiles en Chile, el Ocupa Wall Street en Estados Unidos y en el caso de México, las marchas por el descontento causada por la violencia y la inseguridad, fueron algunos ejemplos mencionados durante la presentación del Anuario 2011 de La Jornada, en la 33 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

La portada del volumen, mencionó el caricaturista Gonzalo Rocha, deja plasmado este espíritu que se desbordó en el mundo. Imágenes de manifestantes, ya sea portando el velo musulmán, la famosa máscara de Anonymous o pancartas que reflejan el descontento de las masas, son el preámbulo del recuento de un año, el cual no es ni un anecdotario, ni un simple álbum de recuerdos, expresó Mónica Mateos-Vega, reportera de estas páginas que compartió la mesa en la presentación editorial.

En las páginas interiores, reconocidos articulistas exploran temas relevantes que marcaron este periodo, desde las revueltas que convulsionaron a los gobiernos donde el poder está rancio, las expectativas ante el año electoral 2012 en México y los muy diversos temas que se abordan cotidianamente en La Jornada: mundo, economía, política, sociedad, justicia, capital, cultura, deportes, ciencia y espectáculos.

Recuento y análisis

En la diaria labor informativa ha quedado registrado de todo: la muerte de Elizabeth Taylor, la visita de la banda U2, el séptimo campeonato del equipo de futbol de los Pumas, así como la muerte de Muamar Kadafi, la captura del narcotráficante La Barbie, al definición de los candidatos presidenciales y el llamado contra la barbarie del poeta Javier Sicilia.

Pero más allá del recuento de noticias, fotografías y caricaturas, surgió la reflexión sobre el quehacer periodístico en charla realizada en el salón de Actos de la Antigua Escuela de Minería.

“Nuestra propuesta es que este anuario se convierta en una herramienta para construir y reinventar nuestro futuro, porque quienes día a día hacemos La Jornada no escribimos para lectores pasivos o para esa masa que los grandes medios electrónicos quieren mantener sumisa y acrítica”, señaló Mateos-Vega.

Rocha, al preguntar, en estos días de tanto artilugio tecnológico, ¿qué es un periódico hoy?, se lanzó en un recorrido: la imprenta, la forma en que José Guadalupe Posada hacía periodismo masivo gracias a las técnicas de grabado y hasta la nostalgia por el olor de la rotativa.

Leonor, estudiante de comunicación, cuestionó el futuro del periódico impreso. Ambos periodistas en la mesa también se dijeron asaltados por la misma duda, y sin una respuesta concreta. No sabemos si va a desaparecer, ante Internet y los medios digitales. Sin embargo, la certeza es que desde la trinchera de los diarios de papel es necesario un periodismo que informe con enfoque amplio, más allá del discurso oficial o las banalidades, para ayudar a formar una percepción que ayude a transformar la sociedad, como ha propuesto La Jornada en más un cuarto de siglo de vida.