Jueves 23 de febrero de 2012, p. 26
En el acuerdo entre México y Estados Unidos para la explotación de yacimientos transfronterizos en el Golfo de México no quedan claras las medidas ambientales ni los planes de contingencia para hacer frente a eventuales accidentes, sostuvo Beatriz Olivera, coordinadora de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace.
Sostuvo que apostar a la explotación de aguas profundas para la obtención de hidrocarburos es un riesgo financiero, geológico y de operación.
Dijo que se desconoce el documento del acuerdo que suscribieron el lunes la canciller Patricia Espinosa y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, pero de la información disponible no hay precisión acerca de las medidas ambientales.
Por su parte, Gustavo Alanís, del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), afirmó que no hay certeza sobre la existencia de los yacimientos. Parece que se firma algo sobre una especulación y aún no está en vigor, ya que en México se requiere que el Senado lo apruebe
. De la información que se tiene por los medios, no se habla de medio ambiente, recursos naturales ni de la necesidad de llevar a cabo estudios de impacto ambiental (EIA) para ver si la exploración y la explotación son ambientalmente posibles.
Indicó que, como siempre, no se consideran los componentes ambientales, “lo ven como negocio, beneficio, y no sobre la viabilidad ambiental, es algo sobre lo que se debe tener cuidado.