El cubano Anier García, campeón olímpico en 110 metros con vallas en Sydney 2000 y medalla de bronce en Atenas 2004, está dispuesto a compartir sus conocimientos en México al asistir a los atletas nacionales en el desarrollo de la especialidad, pero se ha enfrentado a la escasa disposición de los entrenadores del país.

Tras retirarse y formar parte del equipo cubano que entrena a Dayron Robles, la estrella actual del atletismo cubano, Anier García se trasladó a México hace casi un año, primero por su madre, residente en Puebla, y desde junio de 2011, contratado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, se ha dedicado a detectar talentos en las competencias nacionales.

Mientras se concretan los planes para desarrollar a los vallistas, prepara de manera personal al chiapaneco Genaro Rodríguez y confía en que el joven alcance la marca A, que lo llevaría a competir en Londres 2012. El anterior mexicano en unos Juegos Olímpicos fue Juan Vallín, en Barcelona 92.

No nos han dado la facilidad de que (los atletas) se incorporen al grupo de vallas. Hay que tener en cuenta que yo soy un ex atleta olímpico cubano, especialista en vallas, categoría en la que estoy transmitiendo mis conocimientos, tanto en mis estudios, pues soy licenciado en cultura física, como en lo personal, como atleta olímpico y multimedallista mundial, planteó al concluir el entrenamiento que desde hace tres meses dirige en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento.

Falta de entendimiento

Anier García confía en que tanto Genaro Rodríguez como su otro pupilo, Ricardo Flores, quien se encuentra en Alemania, alcancen las marcas para competir, el chiapaneco en Londres, y el segundo en los 60 metros con vallas del Mundial bajo techo.

Es un objetivo, ni cercano ni lejano. Requiere también de apoyo, porque esta disciplina requiere de muchas competencias internacionales para encontrar el fogueo internacional, y así acercarnos a un nivel óptimo, como nunca se ha visto en México, indicó.

“Estoy convencido que en el país hay varios atletas que hay que aprovechar, y la idea mía es hacer una escuela en la que estén todos y así es como se va a crecer.

Pero no depende de mí, sino de muchos factores. Se trata de concentrarlos en un solo lugar, incluso a los entrenadores, para que el conocimiento se expanda por todo México, y así podamos hacer también canteras de niños y tener siempre la base. Ellos verían la progresión y el objetivo en sus ídolos, anotó.

La complicación principal, subrayó, ha sido el entendimiento entre los entrenadores, que malinterpretan mi objetivo, y no es que sean mis atletas, sino realmente lo que quiero es apoyarlos y hacer una escuela; eso es lo que quiero, que se midan todos entre sí, como competidores, pero como un colectivo entrenando, como amigos y compañeros.

En el norte del país es donde existe el mejor biotipo para la prueba de vallas. Sin embargo, destacó del chiapaneco Rodríguez, de 1.79 metros de estatura, la inteligencia y la amplitud de asimilación del proceso de entrenamiento. Lo que hace realmente al vallista es el entrenamiento, el empeño, el esfuerzo y el descanso diario.

Anier García insistió en su empeño de desarrollar una escuela en México, proyecto al que fue invitado por el ex velocista mexicano Alejandro Cárdenas, actual dirigente en la Conade.