Sorpresivo gol de Herrera hizo albergar esperanzas a los auriazules, pero Aquino igualó
En las inmediaciones del estadio hubo riñas entre aficionados
Meza, insatisfecho a pesar de no haber perdido en el torneo
Vázquez dice que fue benéfico el entrenamiento en Avándaro
Domingo 19 de febrero de 2012, p. a13
En reñido choque que concluyó en empate, Pumas y Cruz Azul dividieron unidades al igualar 1-1. El partido fue de dominio alterno, un primer tiempo en el que prevaleció el juego de los visitantes, y el segundo, en el que los Cementeros arañaron la victoria.
Eduardo Herrera se encargó de adelantar al equipo de la UNAM en el minuto 20, mientras Javier Aquino igualó cartones al 65 de acción. Con este resultado los celestes llegaron a 11 puntos, cifra que dejó insatisfecho
al técnico Enrique Meza, y los auriazules se rezagan con seis unidades tras siete fechas.
En los minutos iniciales, La Máquina intentó aprovechar el marco esplendoroso –tarde soleada y estadio con algunos huecos–, pero sobre todo el mal paso de los Pumas, que hasta tuvieron que refugiarse en Avándaro para recapitular, tomar oxígeno y volver a la refriega del torneo.
Francinilson Santos, Maranhao, comenzó a explotar el carril izquierdo, con su velocidad que resquebrajó las líneas bajas de los auriazules y al minuto seis el brasileño sacó centro a segundo poste, donde Emanuel Villa llegó unos segundos tarde.
En un segundo intento, Maranhao se hizo bolas con el esférico, corrió hasta el límite, pero fue desarmado, y en nueva arremetida intentó engañar al silbante Fabricio Morales, pues se dejó caer y fue amonestado.
Los Pumas estaban aplicados, apretaron marcas y propiciaron errores en el traslado del balón de los anfitriones.
Al minuto 20, tras una triangulación con Juan Carlos Cacho, cayó el sorpresivo tanto de Herrera, quien estampó su cabezazo en el poste derecho de la portería y en el contrarremate concretó el 1-0.
Algunos grupos de seguidores de los equipos –dos de los más populares del país–, se enfrentaron a golpes en las inmediaciones del estadio, al parecer sin mayores consecuencias. Ya dentro del inmueble, se desgañitaron en cánticos y competían por subir decibeles a sus arengas.
Las barras visitantes explotaron con el gol, mientras las locales se debatían en un intento furioso por acallarlos y para impulsar a los Cementeros.
El milagro de Avándaro parecía cuajar, pero Enrique Ojitos Meza no esperó más y envió a la cancha a Aquino. El habilidoso jugador entró entre aplausos del público, como si su sola inclusión significara garantía del triunfo.
En el complemento, La Máquina redobló esfuerzos. Christian Giménez probó con algunos trallazos y Omar Bravo conectó un gran cabezazo, pero lo único que quedó claro es que el sinaloense sigue con la suerte de espaldas, pues su envío se estrelló en el defensa Carlos Campos, quien había entrado al minuto 51 en lugar de Fernando Espinosa.
En efecto, el público tuvo razón: Aquino logró el empate con un tiro cruzado que sacó desde el borde del área grande. Fue inútil el lance de Alejandro Palacios, quien no logró atajar.
Meza no estaba conforme con el empate, además de que quiso seguir con la rotación de jugadores por estar en dos torneos a la vez; ingresó a Javier Chuletita Orozco y a Alejandro Vela, por Tito Villa y a Maranhao. En tanto, Memo Vázquez metió a Carlos Orrantia y más tarde a Érik Vera. El tiempo se esfumó entre nuevos intentos infructuosos de los Cementeros.
En el vestidor, Vázquez se declaró tranquilo, dijo que la ida a Avándaro fue benéfica, porque se recuperó la garra y el pressing, es lo que pretendíamos para este partido, las características que distinguen a este equipo. Sólo falta ganar, pero seguro que jugando así vamos a lograrlo
.
Meza señaló: De alguna manera mejoramos en la segunda parte, porque en el primer tiempo nos ganaban todos los balones con la presión que hicieron
. Dijo que no está satisfecho a pesar de su condición de invicto, pues tenemos pocos puntos, cinco empates y apenas dos triunfos
.
De Aquino, el técnico resaltó: Tiene cosas muy interesantes, por eso está en la selección. Hay que cuidarlo; los partidos empiezan con gran intensidad y debemos protegerlo
.