ras largos periodos recientes de haberse estancado, volverse híper comercial y predecible, el hip hop internacional vuelve a ofrecer dos que tres destellos de creatividad atrayente. Hoy, una aproximación a algunos de los álbumes más destacados de 2011 dentro de ese género, con tonadas y beats que siguen sonando a hoy mismo.

Gil Scott-Heron & Jamie XX. We’re new here. Scott-Heron, leyenda de la poesía en voz alta, precursor histórico del rap, fallecido en mayo del año pasado, deja un testamento sonoro sensible, oscuro y delicioso, envuelto en pianos, sonidos electro-distorsionados, movimientos que van del electro al dubstep. Aunque breve, es un exquisito y afortunado cruce entre un artista clásico y un brillante productor.

Shabazz Palaces. Black Up. Ishmael Butterfly Butler, de Seattle, debuta con un distintivo y surreal flow en la voz, entre ecos subterráneos, beats y efectos espaciales, minimalistas, entrecortados, capaz de brindar misterio futurista con gran elegancia. Alucinante.

Das Racist. Relax. Divertido, irónico, duro contra el racismo y la superficialidad hipster, este trío de Brooklyn, entre voces enérgicas, rimas absurdas y paisajes drogos, se manifiesta desde el rap de la Costa Este de forma dinámica, original, subte-pop, avanzada, sintética, con todo y la intervención vocal arabesca de Bikram Singh.

DJ Rashad. Just a taste. Trascendiendo las rimas atosigantes, y adoptando el juke europeo (que viene del juke de Chicago), así como el ghetto-tech, este productor inglés genera deliciosos pasajes de ritmo a-hip-hopado, entre ocasionales cantos soul, deconstrucciones de ritmo y volumen. Melancolía e hipnosis juntas.

The Roots. Undun. Estos veteranos de Philadelphia, singulares al ser una banda en vivo (con instrumentos, no sólo sampleos, tanto en vivo como en estudio), vuelven con un doceavo disco-concepto en torno a la vida trágica del personaje ficticio Redford Stephens. Con pasajes orquestados, cuerdas, mucho soul y finas atmósferas, variado en estilos, así como una aplicación digital con videos aledaños, ofrendan un fastuoso trabajo.

Beastie Boys. The Hot Sauce Committee Pt 2. Una vez superado el cáncer de Adam Yauch (MCA), tanto él como Mike D y Ad-Rock retomaron el trabajo en este álbum, que iba a salir en 2009. El resultado es este gran plato, poco apreciado (con Santigold en un track), que ventila madurez en su deschavetado e inconfundible estilo. No los odien por su adultez o por no ser el nuevo sabor del mes: su usual humor sónico, su profusión de ruidos instrumentales, entre guitarras, bajos locos y sintes análogos, están sanísimos y llenos de vida.

Danny Brown. XXX. Carismático y autodestructivo, este MC de Detroit ha llamado la atención por su personalidad hipster y mediática, su torcido humor, y por editar este sombrío, esquizoide y errático álbum, en el que los defectos son virtud sonora, al estar plagado de peculiares ocurrencias auditivas.

Kendrick Lamar. Section.80. Original de Compton, pero más conocido en Los Ángeles, Lamar se aleja del rapeo duro para hacerlo de forma suave, platicadita, de modo ágil, confidente, sincero, orgulloso y crítico con la escena, entre sampleos y deliciosa producción jazzy, groovie. Más rap de corte elegante.

Jay Z y Kanye West. Watch the Throne. Ineludibles primeros capos del género, con todo un séquito de invitados (Beyoncé, Q-Tip, Pharrell, LMFAO, entre otros), brindando una producción pastosa, turbia, y con fuerte contenido en pro de la comunidad negra estadunidense. Aquí, unen fuerzas para sacar a la luz una grabación diversa, feroz, melódica (R&B), ultra-pop pero efectiva.

Otros discos destacados: De Harlem, el afilado A$AP Rocky con Live Love A$AP. El experimentado Big K.R.I.T. y su Return of 4Eva. La suavidad hip hop + pop de Childish Gambino y su Camp. Los pianos jazzy de J. Cole y su Cole World: the sideline story. El estilo clásico pero refinado de 9th Wonder con The Wonder Years. Más recomendaciones de eventos cercanos: patipenaloza.blogspot.com.

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