Lunes 13 de febrero de 2012, p. 3
La aprobación de cultivos experimentales de maíz transgénico abre para México una interrogante: ¿Cómo se hará compatible su comercialización con el cumplimiento de la responsabilidad que tiene el país de preservar la enorme biodiversidad del grano? Esta pregunta se planteó en Nature, la revista de divulgación científica más importante de Estados Unidos, en su edición de enero de 2011, en un artículo suscrito por el director de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), José Sarukhán, y su directora de análisis de riesgo y bioseguridad, Francisca Acevedo, entre otros.
El artículo sostiene que, seis años después de aprobada la ley de bioseguridad en el país, el debate público y las políticas sobre la materia no han abordado de manera suficiente aspectos claves sobre el impacto que los organismo genéticamente modificados pueden tener sobre las razas nativas. Los autores consideran que ésta no es una cuestión zanjada
y que hacen falta más estudios para determinar cómo se producen los flujos de genes de un cultivo a otro, cómo se deben manejar esos flujos y los impactos de éstos a largo plazo
.
Si se produce el contagio de un transgén a un maíz criollo, “¿cómo se van a aplicar los derechos de propiedad intelectual en el contexto biológico, social y económico de las prácticas agrícolas de los pequeños propietarios para mantener la biodiversidad de sus maíces, preservar su viabilidad y generar nuevas variedades? ¿Cuáles serán las consecuencias concretas para un campesino que cultiva maíz criollo para autosubsistencia si se encuentran transgenes en sus cosechas? ¿Cuál es la situación legal de un agricultor –si viola el derecho de una patente privada– en caso de que intercambie con otro, a sabiendas o sin saberlo, semillas que contengan transgenes? ¿Qué posición asumirán las empresas de biotecnología en defensa de sus patentes en situaciones así?”
Un año después de publicada la opinión, las trasnacionales no han respondido.
Los biólogos cuestionan lo que desde el gobierno se da por hecho: En México no se ha implementado aún un mecanismo eficiente para monitorear el cruce de polen y los flujos genéticos bajo las condiciones agrícolas actuales. Hay antecedentes de introducción ilegal de maíz transgénico y en algunos casos ha habido acción legal. Más aún, existe la preocupación de que se pudiera introducir grano transgénico desarrollado para la producción de fármacos y otros usos ajenos a la alimentación
, algo que la ley prohíbe.