Opinión
Ver día anteriorLunes 13 de febrero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Bichir y su nominación al Óscar
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o hay ninguna duda de que la premiación que anualmente realiza la Academia de Ciencias y Artes de la Cinematografía en Hollywood es un acto que, por diferentes razones, despierta la curiosidad en millones de telespectadores que ven cada año la entrega de los Óscares. Entre los cinco nominados para recibir el galardón como mejor actor está el mexicano Demián Bichir, por su espléndida actuación en la película Una vida mejor, en la que personifica las vicisitudes de un trabajador indocumentado en su propósito por darle a su hijo una vida mejor que la que tenía en México.

Un buen número de publicaciones especializadas han elogiado la actuación de Bichir y su indudable mérito para ser considerado entre ese selecto grupo. Por esa razón, sus palabras adquieren mayor relevancia y merecen una atención especial. Cuando fue entrevistado por diversos medios, el actor se refirió a la importancia de que la Academia haya considerado una película cuyo tema es el candente problema de la migración indocumentada. Destacó la connotación humana del tema, aunque los políticos insisten en considerarlo como algo político. Su sensibilidad pone de relieve un problema real al que en alguna forma el argumento de la película alude: la toma de conciencia de una situación de la que un sinnúmero de personas ha abusado en ambos lados de la frontera. Sin ponerlo en primer plano, él sabe bien que la connotación política es innegable cuando alude a la formación de Estados Unidos por inmigrantes y dice: La hemos llevado al Congreso y a la Casa Blanca, porque anhelamos que envíe un mensaje real para que se atienda un problema que no es político, sino humano, y que se pase la voz (La Jornada, 7/2/2012).

Independientemente de los méritos artísticos de la película, hay que celebrar que millones de personas que normalmente hacen caso omiso de las páginas políticas en la prensa esta vez se percatarán de un problema que también les atañe, pero insisten en ignorar. No es el primer filme que se refiere a las vicisitudes de los indocumentados; sin embargo, es la primera vez que el tema tiene una difusión tan amplia, por el hecho de que el actor principal es nominado al Óscar. Al margen de que Bichir obtenga o no el premio, su nominación es ya mérito suficiente.

En este contexto, hay que resaltar el contraste con el discurso de quienes se disputan la nominación por la candidatura republicana a la presidencia que, en su afán por conseguir los votos del electorado más conservador, insisten en denostar a los indocumentados sin el menor rubor.

Es posible que en esta ocasión la entrega de los Óscares despierte un particular interés entre los mexicanos, pues uno de sus actores más connotados estará disputando la codiciada estatuilla. De obtenerla, no sería extraño que en sus palabras Bichir se refiriera a que la pobreza y desigualdad en México es resultado de que, en la vida real, miles de mexicanos sean protagonistas de historias como la que él interpretó.