l acto conjunto y el documento con los que Cuauhtémoc Cárdenas apoya la candidatura de López Obrador son un paso más en un proceso en el que se están sumando fuerzas. En este caso, son fuerzas de izquierda. Entre los puntos de programa hay varios que son al mismo tiempo demandas populares, y varios otros que la izquierda tiene en común.
No son, sin embargo, la única forma de sumar fuerzas. Ya antes se había iniciado un proceso que ha seguido creciendo, en el que empresarios se suman a la misma candidatura. Tal vez un acto llamativo fue el celebrado con una multitud en Monterrey. Pero este proceso se ha dado ya en varias localidades.
También se han sumado afectados por minas altamente destructivas, sindicalistas, choferes que deben pagar diésel carísimo, agricultores, desde estudiantes hasta intelectuales y muchos otros. Incluso escritores que en el pasado se opusieron a López Obrador, ahora dicen lo contrario.
Esto ha dado lugar a una serie de puntos programáticos muy variados. También hay movimientos populares que no han tomado partido en el proceso electoral, pero tienen adversarios muy bien definidos, como las empresas extranjeras que han despojado a localidades para hacer negocio con generadores de viento, en La Ventosa.
Estos últimos, lo mismo que las mineras depredadoras y otros más, tienen el apoyo de las autoridades. Esto puede ir apuntando a que las luchas populares puedan ir derivando hacia el cambio de régimen, y en especial a un cambio electoral de fondo. En algunos casos eso ya sucedió.
En el petróleo, un paso clave es la integración en una sola entidad. No sólo se sustituyen varias estructuras burocráticas en una sola, sino que se suprimen los precios de transferencia
, con los que se venden bienes y servicios de una entidad a otra de las que ahora forman a Pemex.
El petróleo crudo se debe dejar de exportar gradualmente, y debe procesarse en el país. Para eso, se debe aumentar de manera importante la capacidad de refinación. Se deben bajar los precios de los energéticos. Es preciso llegar a la eliminación de la importación de la gasolina, de otros refinados y reducir la de los petroquímicos. Con eso, además, llegaremos a una gasolina, y otros combustibles como el diésel, más baratos.
En el sector eléctrico se suman varios problemas. El despido masivo de los miembros del SME, el cual sigue en lucha. Las tarifas locas
y además las muy caras por diferentes razones. Por ejemplo, se establecieron tarifas de verano para lugares con mucho calor en el norte. Pero en el sur, no llegan a tanta temperatura pero la mayor humedad hace mayor la necesidad de aire condicionado, y se acaba cobrando carísimo. Esto ha llevado a huelgas de pagos en poblaciones enteras. Y a una guerra
permanente contra los que quieren llegar a cortar el servicio. También está el pésimo estado de las instalaciones en varios lugares, resultando el daño a aparatos eléctricos y también apagones, a veces tan largos que se echa a perder la comida en el refrigerador o en el congelador. Es evidente la necesidad de energía más barata y de un servicio de mejor calidad.
En el mismo sector eléctrico, se ha visto que se quedan las mismas autoridades con el PRI y luego con el PAN, lo cual hace más claro para los afectados que ambos partidos causan los mismos problemas, por lo que sólo queda como alternativa la izquierda.
Hay un aspecto de solución que abarca diferentes fases. Es la inversión y la superación de los monopolios. La inversión en la industria, en la agricultura, etcétera, crea empleos y también producción. Al superarse los monopolios, los productos y servicios van a ser más baratos. La inversión pública en las áreas estratégicas impulsa también a la otra inversión. Hay que procurar que esta inversión sea cada vez más nacional.
La autonomía alimentaria, además, nos permite tener más fuentes de trabajo y al mismo tiempo alimentos, en especial, más económicos. Podemos, además, orientar esta última producción en un sentido favorable a la salud.