El ex pedalista germano justificó así su incursión en el dopaje
Sábado 11 de febrero de 2012, p. a15
Berlín, 10 de febrero. Tras el retiro de Lance Armstrong, quien conquistó siete veces consecutivas el Tour de Francia y lo relegó en cinco de ellas al odioso segundo puesto, el alemán Jan Ullrich decidió llamar a la puerta del médico español Eufemiano Fuentes en busca de la gloria perdida.
“En 2006 quería apelar a todos mis recursos. Después de ganar en 1997 y cinco segundos puestos eran enormes las presiones de la opinión pública, de los patrocinadores y la mía. Todos querían que ganara otro Tour, en especial tras el retiro de Armstrong”.
Así justificó Ullrich su recurso al dopaje, poco después de que la Corte Arbitral del Deporte consideró probada su implicación en el consumo de sustancias prohibidas en torno a Fuentes y lo suspendió dos años, despojándolo de sus títulos a partir de mayo de 2005.
El 30 de junio de 2006, poco antes del inicio de la competencia gala, investigadores españoles publicaron una lista con presuntos clientes de Fuentes en la que figuraba el alemán. Su equipo, T-Mobile, lo suspendió poniendo fin al sueño de una segunda coronación.
“Poco antes del Tour de 2006 llegó el golpe: suspensión, titulares, proscripción, registros domiciliarios, juicios penales, querellas. Me sentí abandonado ... Todo el mundo me quería poner en el paredón y de forma instintiva me puse a cubierto, me retiré”, argumentó Ullrich en su página web.
El tribunal deportivo aceptó como evidencias las bolsas de sangre con el nombre de Ullrich halladas en el laboratorio de Fuentes y las transferencias bancarias hechas por el corredor al español por miles de euros: según los cálculos más de 80 mil.
Tuve contacto con Fuentes. Sé que fue un error que lamento mucho. Poco después de mi suspensión quería reconocer públicamente la falla que cometí, pero tenía las manos atadas. Me callé por consejo de mis abogados
, trató de exculparse el corredor.