Hay nostálgicos que añoran los encuentros entre diplomáticos mexicanos y guerrilleros de Centroamérica y que afirman a partir de esto que México ha perdido liderazgo en la región, pero la política exterior que aplica el PAN es la misma que aplicó el PRI. Hay quienes añoran cierto activismo, que quieren seguir viendo a México como el bombero favorito en la región, pero yo les pregunto: ¿dónde está el fuego?, afirmó el subsecretario para América Latina y el Caribe, Rubén Beltrán Guerrero.

En entrevista con La Jornada destacó que las cosas han cambiado, ya que del conflicto armado en países de Centroamérica se transitó al desarrollo económico, y en todos los procesos, insistió, ha participado activamente México. El tema del liderazgo regional es un asunto de percepción que se ha politizado, pero desde la creación del Grupo Contadora, en los años 80, hasta la reciente creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en política exterior hay una línea clara, contundente, que no anda con desvíos.

Respecto de la relación con Cuba, que en el sexenio foxista alcanzó los niveles más bajos de su historia, el subsecretario aseguró que hay voluntad para robustecerla y tiempo para que, de darse las condiciones, tenga lugar una visita de Estado entre presidentes. A nivel bilateral el diálogo político está en muy buen momento. A nivel regional, Cuba y México han trabajado de la mano. Yo preveo que habrá una cooperación muy importante.

–Investigadores insisten, sin embargo, en la pérdida de liderazgo de México.

–En el tema del liderazgo regional hay el ingrediente político de no querer conceder avances. No es exclusivo de México que la opinión pública perciba a través de la coyuntura. Pero hay una línea contundente, que no anda con desvíos y que habla de una política exterior que se dio con gobiernos panistas y priístas. No voy a criticar a la opinión pública, pero hay que decir que México diseñó la arquitectura de diálogo que hoy tenemos.

La política exterior, subraya el embajador Beltrán Guerrero, no se puede ver a partir de un solo evento. La participación de México en la región se da en el tiempo de una manera lógica y permanente. En política exterior yo desconfío de los movimientos espasmódicos o de hechos parteaguas.

–Tras los desencuentros, ¿cómo están las relaciones con países como Venezuela y Cuba?

–Durante la reunión de Celac el pasado mes de diciembre en Venezuela, el primer orador fue el presidente Calderón. Fue un reconocimiento del presidente Hugo Chávez al liderazgo de México. Luego hubo un encuentro entre ambos que no sólo fue muy cordial, sino que en éste se dijo que había ya un arreglo para algunas empresas mexicanas establecidas en Venezuela. Otro tema fue que el presidente Chávez se dio cuenta de que al salirse del G-3 –que integraba con Colombia y México–, le hacía falta asegurar comercio e inversión con México. Acordaron entonces iniciar conversaciones para resolverlo.

Dijeron, ¿vamos a vernos conforme avancen estos trabajos? Yo creo que hay grandes posibilidades de que para el segundo semestre se den estas visitas, pero no se trata de presidencializar la relación, sino de trabajar para que la visita se dé conforme a trabajos concretos y temas acordados.

–¿Es posible una visita de Estado a Cuba en el último año del gobierno de Felipe Calderón?

–Yo creo que hay voluntad, hay tiempo. Hay que ver; no sólo es un tema de agenda sino de proyectos. Para nosotros es vital robustecer la relación. Hay muchísimas oportunidades en el marco del proceso de modernización que está llevando a cabo Cuba. Yo creo que da para mucho.

A nivel bilateral el diálogo político está en muy buen momento. A nivel regional Cuba y México han trabajado de la mano, por ejemplo para la creación de Celac. Yo preveo que habrá una cooperación muy importante. Hay grandes oportunidades para el trabajo conjunto. Creo que estamos construyendo una agenda muy importante; basta ver que en los últimos meses han ido a Cuba los secretarios de Agricultura, Turismo, el director del Conacyt. Las visitas de Estado se darán cuando se tengan que dar: hay voluntad de fortalecer las relaciones.