Sociedad y Justicia
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Representan 15% de los visitantes; quieren los mismo que todos: mar, sol y sexo

Ciudad del Cabo busca un lugar fijo y destacado en el mapa del turismo gay

El dinero rosa despierta el interés de las autoridades locales ante la crisis internacional

 
Periódico La Jornada
Martes 7 de febrero de 2012, p. 43

Ciudad del Cabo, 6 de febrero. Aunque la homosexualidad sigue siendo un tema tabú para buena parte de la población sudafricana, Ciudad del Cabo se presenta como un modelo de tolerancia y busca esforzadamente hacerse un lugar permanente y destacado en el mapa del turismo gay.

El turismo gay es un sector del mercado que verdaderamente queremos, explicó Skye Grove, portavoz de la oficina de Turismo de Ciudad del Cabo, para quien esa urbe debería ser incluida entre los destinos privilegiados entre homosexuales como San Francisco, Miami, Sidney, Berlín o Ámsterdam.

El ingreso per cápita de los homosexuales es generalmente más elevado que el de los heterosexuales y están mucho menos afectados por la crisis mundial, que privó a Ciudad del Cabo de un cuarto del volumen anual de viajeros, dijo Grove.

Del aproximadamente millón y medio de visitantes que llegan a Ciudad del Cabo cada año, 15 por ciento son homosexuales, según Grove. En su mayoría son hombres blancos.

¿Y qué les atrae tanto? Es verdaderamente una cuestión de estilo de vida, opinó Grove. A eso hay que sumar la belleza de la ciudad y sus alrededores, la tolerancia de sus habitantes, la vida urbana vibrante, las playas, los viñedos o los buenos restaurantes. Todo ello en un país que autoriza el casamiento homosexual, sin olvidar que la zona está en pleno verano cuando Europa y América del Norte tiritan de frío.

Por otra parte, el número de turistas y la importancia de la comunidad gay autóctona favorecen los encuentros para aquellos que los buscan.

Es posible encontrar a muchos de esos visitantes junto a la piscina del hotel The Glen, el establecimiento número uno en el mapa especial distribuido en el aeropuerto que señala los lugares especiales para homosexuales. El hotel acaba de inaugurar una segunda piscina, un segundo jacuzzi y un segundo bar.

¿Qué buscan sus clientes? Un poco de todo, afirmó el director del hotel, Chris Hattingh, aunque lo más importante es igual para todos: mar, sol y sexo.

Están los que exponen sus cuerpos perfectos al borde de la piscina, los que desean visitar todos los museos de la zona y también los que deciden extender su visita explorando los alrededores, incluso con un safari.

¡Buscamos el sol! Hemos pensado en el Caribe, pero ya estuvimos allí, dijo Pierre Huygh, un joven belga que reposa junto a la piscina. Mi hermano nos dijo que hay muchos gays en Ciudad del Cabo. Alquilamos un automóvil y vinimos a descubrirlo, añadió.

Ciudad del Cabo ofrece una amplia gama de hospedajes a sus turistas homosexuales (los que son más o menos exclusivamente gays, los más o menos naturistas, los que favorecen más o menos los encuentros), pero también guías especializados, fiestas, bares y restaurantes.

Destino caro

En las mesas de cabecera junto a las camas, los preservativos sustituyen a los ejemplares del Nuevo Testamento que uno encuentra habitualmente en los hoteles sudafricanos. Yo me siento bien aquí. Es un bello país. Soy florista, y las plantas y flores de aquí me encantan. ¡Y también los muchachos!, contó Stefan Gutwenger, un ítalo-alemán que tiene una bandera sudafricana tatuada en el hombro, mientras lee desnudo junto a la piscina. Es su quinto viaje.

Hace 10 años Ciudad del Cabo era casi desconocida como destino gay y era muy barata. Todo eso ha cambiado, perdió su ventaja competitiva. El hospedaje se ha tornado más y más caro, comentó Chris Hattingh.

“Ya no es tan competitiva, porque hay otras ciudades que han descubierto el valor del dinero rosa, pero es aún un destino muy buscado, todos los años se llena de turistas”, señaló Riaan Kirsten, director de mercadeo de una agencia de viajes.

Sin embargo, también hay ciertos problemas, como señaló Evan Tsouroulis, figura de la comunidad homosexual local: algunos ponen en las ventanas la bandera del arco iris, el emblema gay, pero eso no quiere decir que puedan ofrecer un buen servicio.

Aunque los turistas aprecian la atmósfera de Ciudad del Cabo, donde parejas del mismo sexo pueden andar de la mano o abrazarse en la calle, en general ignoran que a pocos kilómetros de esa zona, en los townships o en barrios afrikaners conservadores, los habitantes no son tan tolerantes.

Las lesbianas de esos barrios son regularmente víctimas de violación por parte de hombres que tratan de obligarlas a ser heterosexuales.