Madrid, 27 de enero. El presidente de la autonomía del País Vasco, Patxi López, se reunió por primera vez con el nuevo mandatario español, el conservador Mariano Rajoy, al que presentó dos iniciativas concretas para avanzar en el proceso de pacificación del histórico conflicto: la legalización de la izquierda abertzale o la antigua Batasuna y el acercamiento de presos de ETA a cárceles de la región. He visto receptivo a Rajoy, advirtió el lehendakari a su salida del encuentro.

López vino a Madrid para exponer ante Rajoy la situación en Euskadi, región que está ante la oportunidad histórica de cerrar definitivamente la era de la violencia. El cese definitivo de la lucha armada decretado por ETA el pasado 20 de octubre, sumado al apoyo de la comunidad internacional –encabezada por el ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan–, son hechos inéditos en el largo conflicto, que además cuenta con el apoyo de la mayoría de los etarras presos en cárceles de España y Francia y de la izquierda separatista radical.

López explicó que presentó a Rajoy dos iniciativas para profundizar en la propuesta de la reinserción de los presos de ETA, con el acercamiento paulatino de ellos a su lugar de residencia y la revisión particular de los reos enfermos. La ley marca claramente quién se puede acoger, por ejemplo, al tercer grado o a beneficios penitenciarios por motivo de enfermedad, explicó el lehendakari.

El mandatario vasco también propuso la legalización de la izquierda abertzale, que en los últimos años ha sufrido la proscripción de varios partidos políticos o marcas electorales: Batasuna, Euskal Herritarrok, Sortu y Partido Comunista de las Tierras Vascas, entre otros. Lo que no soy es fariseo, hemos estado pidiendo a este mundo que abandone la violencia, que corte cualquier liga con el mundo de la violencia y les ponemos muros cuando empiezan a hacerlo, afirmó.

El encuentro de López y Rajoy se realizó tras una serie de hechos que advierten de movimientos de calado entre los sectores implicados en el proceso de paz, sobre todo la visita de los miembros de la Comisión Internacional de Verificación, que contactaron con representantes de ETA y confirmaron tanto el cese de la actividad armada como la vigencia de su voluntad de alcanzar la paz.

Hasta ahora el nuevo gobierno español ve desde la distancia el diálogo de paz y los gestos de ETA, ciñéndose a su postura de que lo único que puede hacer ETA es anunciar su disolución. En esta línea se expresó la vicepresidenta primera de gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien reiteró: Lo único que le importa al gobierno es la verificación que realizan las fuerzas policiales españolas. Y añadió: Para nosotros el objetivo final es que ETA deje las armas, que se disuelva como organización terrorista, que desaparezca del panorama para siempre.

Para la vocera de la izquierda abertzale, Maribi Ugartevuru, el nuevo gobierno está solo y aislado en su apuesta por mantenerse en parámetros de confrontación, y transita por el carril contrario al de las soluciones, carril de las soluciones por el que camina la mayoría política y social de Euskal Herria, así como la comunidad internacional.